Episodio 1 - Parte 1: "Grafología Sentimental"

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Desperté ese dia sin muchas ganas, pero pensé en todas las veces que ella me apoyo en nuestros pocos años de amistad. No podía dejarla en el momento en el que ella mas me necesitaba.
 Cuando por fin tome valor de levantarme, me puse en la punta de la cama, solo para seguir pensando en que horrible seria ese dia. Estuve mínimo 20 minutos viendo mi póster de los Weatles, esa banda que tanto me apasionaba, pero que a la vez me entristecía saber que estaban todos en la tumba. Pensar en mis ídolos muertos no me daba mucho aliento para vestirme, ir al baño, desayunar, soportar de mal humor a mi papá, y luego irme a ese grupo de auto-ayuda, que tanto me insistió mi amiga Diana. Aun así, lo hice, y estaba ahí, sentada con ella en una ronda de gente extraña.

―¿Acaso no es cínico Diana?

―¿Que cosa?

―Acompañarte a un grupo de auto-ayuda para ayudarte

―¡Pero no! ¡Amiga de toda la vida! La idea de que vengas conmigo es que puedas sacarme de esta profunda depresión

―Pero si vas a un grupo de auto-ayuda es para que te "auto-ayudes" sin mi presencia, así logras salir de tu profunda depresión- Exclamé, logrando un tono de burla

―No deberías burlarte tanto Daniela, posiblemente tu caigas en alguna depresión por alguna deprimente razón― Dijo ella, dramáticamente

Yo solo dibuje una falsa sonrisa, me puse los auriculares y me hice la ocupada mientras esperábamos al profesor de auto-ayuda. 
 Escuchaba lo Weatles mientras mi amiga charlaba con otros raritos de ahí, y yo ojeando a algunos de los presentes. Logre ver a una señora de pelo fucsia con un peinado al estilo dibujo japones. También vi un chico pálido, de aproximadamente 24 años, con ojeras pronunciadas como si no durmiese hace días, y unos pocos dientes en su sonrisa atemorizante. Junto al chico pálido estaba sentada una persona de sexo indefinido a simple vista, pero note que era una persona que no le importaba mucho su vestimenta, o como lucia, ella solo asistía obligadamente a esa clase de auto-ayuda, digo obligadamente por el simple hecho que no parecía muy emocionada de estar ahí, si no mas bien que sus padres la presionaron para que asistiese.
 Luego de pocos minutos de espera y curiosidad, llego el tan misterioso profesor. Entro por aquella puerta de una manera lenta, como si no tuviese mucho apuro. Apenas puso su poco trasero en aquella silla, todos se callaron. Fue una pista para que yo apague la música y me saque los auriculares para prestar atención.
 El profesor era extremadamente flaco, con una cara alargada y nariz prominente, a punto de respirar y succionar a todos los sentados allí. Su ropa parecía de años y años de uso pero poco lavado. Abrió su boca lentamente, pareciendo que iba a largar una frase muy sabia.

― Bienvenidos y bienvenidas a otro lunes de auto-ayuda ― Dijo calmo, con su voz seca.

― Buenas tardes profesor Sömeg ― Recitaron todos al unísono

En ese mismo instante me pregunte por que la razón de ese nombre tan oriental.

― Así me gusta, un saludo respetuoso es lo correcto para una comunicación amable. 

― ¿Que actividad entretenida haremos hoy? ― Expresó emocionado y ansioso el chico pálido. 

― Gracias por tu pregunta querido Julito. Hoy traje un ejercicio titulado por mi, como "grafología sentimental". Estas son unas antiguas paginas de la libreta de mi abuela. En esta libreta practicaba su hermosa letra, para luego examinarla con sus previos estudios de grafología. Aplicando nuestros conocimientos por el reciclaje, arrancaremos una hoja y dibujaremos sobre ella nuestros sentimientos, algo que nos este pasando o cualquier cosa que queramos expresar y plasmar sobre la hoja. 

Julito aplaudió de emoción haciendo notar su retraso mental, mientras la persona de sexo indefinido lo miraba con desprecio y la señora mayor con peinado anime lo observaba con cariño.

 Sömeg paso con la libreta de su difunta abuela entregando hojas y lapices de cualquier color. Cuando por fin llego a mi silla pregunto por mi nombre a lo que respondí amablemente, pero por dentro en realidad incomoda, por su penetrante mirada.

― Soy Daniela Conrrado. Vivo en Social West Tower de la sección 6 de la ciudad.

― Estoy feliz de verte por aquí este lunes. Espero verte la próxima semana Daniela

Consecutivamente dejándome una hoja y un lápiz marrón que seguramente también lo consiguió ecologicamente de algún bosque ecológico de ecologicolandia. Sinceramente, me arta esa ideología de lo ecológico.
 Mire el papel que me dejo, este tenia una gran parte en blanco, y arriba una parte escrita diciendo "Peace City". Me pregunte a mi misma por que escrito en ingles, ¿en la época de la abuela de Sömeg ya decían el nombre de nuestra ciudad en otro idioma?
 Mi amiga Diana ya estaba dibujando en su arrugada hoja, la interrumpí preguntándole que podría dibujar yo, por que no tenia mucha inspiración para expresarme a través de un papel con olor a húmedo.

―   Diana 

―   ¿Que pasa?― Y me miro con desinterés 

―   Necesito saber que dibujo

―    Lo que sientas, duh ― Haciendo ese gesto e incomodo sonido, como si yo fuese un Julito

― ¿Y que siento? ― Dije, haciéndome la tonta 

― ¡Ay! Yo te digo ¿ok? es que te conozco mucho, amiga. ¿Hace poco no tenias algo con un tipo?

― Si, con Alex Cordero   ― Exclame, no muy emocionada

―  Oinc oinc ― Consecutivamente largo una carcajada, burlándose del apellido

 Diana logro ayudarme a encontrar mi inspiración, pero no de la manera que quería. ¿Realmente estaba mal por "oinc"? Posiblemente. Recordé esa noche y lo plasme en la hoja como pude. Me gusto el resultado y me di por satisfecha. Y en la espera para que los otros terminen sus obras de arte, me puse mis auriculares y me desconecte del momento.
 Minutos después estaba Sömeg casi enfadado llamándome la atención por no estar presente a la clase. No me quedo otra que volver a caer en esa realidad. El estaba explicando algo acerca de la expresión de uno mismo.

  ― Si, alumnos. Es importante nuestra expresión. Debemos largar todo, ya sea  cantando, bailando o dibujando en un viejo papel. Si todo lo que tenemos lo guardamos, en un momento el baúl va a rebalsar y no precisamente, de una manera positiva. Nuestro labor del dia a dia es expresarnos, ya sea directa o indirectamente.

 Hoy ya logramos expresión indirecta con los papeles, los cuales colgaremos en la entrada. Ahora debemos lograr la expresión directa, y sera así; a la persona que tienen a su derecha , deberán decirle lo que piensan, y si es posible, amablemente. Empecemos...

En ese mismo instante un pavor recorrió mi cuerpo, y por dentro estaba negándome a hacerlo. Pero ya estaba ahí, y por suerte debía decir que pensaba de Diana, pero Julito debía decir que pensaba de mi. Tenia miedo de que podía salir de la boca sin filtro de Julito.




Peace City - Episodio 1 Parte 1: "Grafología sentimental" 
Por: Lautaro Altimari 

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