Confesiones

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Adrián tenía miedo. No solo de la reacción que pudiera tener María al enterarse, si no del peligro al que la exponía contándolo y metiéndola en su vida. Judit ya había muerto por eso y no iba a soportar que a María le pasara algo, pero la quería demasiado, se había enamorado como un chiquillo de esa niña de ojos azules.

- ¿Y entonces quién eres Adrián? - María se estaba preparando mentalmente para cualquier bombazo, pero ninguna de las barbaridades que su mente había creado se parecía a la realidad.

- Soy traficante de drogas - María se quedó con la boca abierta.

- ¿Que? - no supo qué más decir.

- Los concesionarios son una tapadera, un lugar donde blanquear el dinero, en realidad mi dinero viene de la droga.

- ¿Que clase de droga?

- Marihuana. La que te fumaste ayer, es mía - María estaba atónita.

- Distribuyo por todo el mundo, tengo una de las mejores plantaciones del mundo. Mi María es una de las mas buenas - Se quedó sin aire.

- Y... no lo entiendo Adrián. No entiendo nada.

- María, Judit murió por culpa de este mundo ¿Recuerdas el imbécil que se saltó el semáforo?- María dijo que si con la cabeza- Pues no fue un accidente - María se asustó y se llevó la mano al corazón.

- ¿Y Diego y Dani... lo saben?

- Si, los metí en el negocio cuando los conocí.

- Joder... joder.. joder - María se había levantado del sofá y daba vueltas por todo el salón - ¿Sois traficantes de drogas?

- Si María, lo somos - Adrián le hablaba muy calmado. No quería asustarla ni perderla.

- ¿Tus viajes son para llevar droga?

- No, no no... yo no toco la droga María. Mis viajes son para ver que todo está funcionando bien. Yo no muevo la droga. Para eso están las mulas.

- Joder Adrián - María estaba entre asustada y atraída. Se sentía como metida dentro de una de esas películas de acción y amor que tanto le habían gustado siempre. Pero sin olvidar que esto era la realidad.

- María ven - Adrián le tendió la mano. Ella se lo pensó, pero finalmente se la cogió y Adrián tiró de ella para que se sentara encima de él a horcajadas.

- Te cuento todo esto porque no quiero que haya secretos entre tu y yo. Quiero que lo nuestro funcione María.

- ¿Lo nuestro? Si ni siquiera eres capaz de tocarme sin que Diego o Dani estén contigo - Adrián la miró y sin decirle nada la besó.

- ¿Eso es lo que quieres? ¿Que te toque solo yo? - María abrió mucho los ojos. Sintió una corriente en su vagina. Adrián que había notado un pequeño movimiento en la cadera de María, sonrió y la besó.

Adrián besó a María mientras sus manos recorrían la espalda de ella. María tocó a Adrián por los brazos, por la cabeza, por la nuca. El beso se tornó más pasional, más húmedo. Él se levantó con ella entre los brazos y la llevó hasta la cama sin dejar de besarla, la tumbó y se tumbó él encima de ella. Cogió las manos de María y se las puso encima de su cabeza, con una mano se las sujetaba por las muñecas mientras con la otra tocaba los pechos de María. Todo sin dejar de besarla. Ella gemía dentro de su boca. Adrián bajó la mano hasta la vagina de María y la tocó. María se estremeció. Le apartó las bragas y le introdujo un dedo, luego dos y se la folló rudo con la mano. Ella gritaba de placer en la boca de Adrián que no dejaba de besarla, tenía las manos por encima de su cabeza y Adrián no la dejaba moverse. Paró de besarla y la miró mientras María extasiada gemía. No paró con sus dedos hasta que María se corrió entre gritos. Adrián sacó los dedos de dentro y se los llevó a su boca para que ella los lamiera y él entonces acercó también su boca y la besó con sus dedos en medio, sus jugos y toda su pasión. Ella respiraba intentando recuperar el aliento, pero Adrián no la iba a dejar. Empezó a besarle todo el cuerpo. La desnudó y empezó a lamerle los labios, el clítoris... jugó con él. Tenía la cara entre sus piernas y ella gemía sin parar.

En la cama de María - Trilogía María parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora