Caminé en dirección hacia el lugar de donde venía su voz. Me hablaba de puras babosadas pero el plan era encontrarlo. Cuando parecía estar cerca, me encontré con tres pasadizos diferentes y Max quedó en silencio. Empecé a llamarlo pero no respondía.
-¿Max? ¿Maaax? No juegues, responde de una buena vez- dije ya nerviosa al ver que no respondía.
Max- Buuu!- dijo mientras me abrazaba fuerte por detrás.
-Aaaahhh!!!- grité por el susto tan grande-Te mato!- dije mientras intentaba darme la vuelta para golpearlo. Me soltó y salió corriendo a toda prisa mientras gritaba y él reía- Eres un idiota Max! Pobre de ti si te agarro! Voy a partir tu mandarina en gajos!
Él se metió en uno de los pasadizos y no tuve chance de ver por cuál. La casa por dentro era mucho más grande de lo que parecía por fuera y un poco oscura, lo que lo favoreció en la fuga.
Max- Jajajaja encuentrame si puedes.
- Sal de donde estés ahora mismo o me voy sola- grité, pero no obtuve respuesta suya.
Comencé a buscar la salida entrando por varios pasadizos pero nada. Parecía que la puerta ya no existía y todas las salidas me conducían a un lugar que para mi era el mismo pero a cada que daba la vuelta veía un muñeco aún más espeluznante y unos sonidos más terroríficos. Al sentirme perdida me detuve a pesar en las direcciones que tomé para entrar pero luego recordé que buscando al burro de Max me fuí más profundo y no tenía ni idea de como volver al inicio.
-Debí dejar migajas de pan como Hansel y Gretel- dije en voz baja-¿Ahora cómo saldré?
De pronto, de la nada como quien dice, salió una figura que me hizo poner los pelos de pùnta. Era un payaso horrible. Tenía un cuchillo en las manos, sucias de un líquido rojo que parecía sangre y apuntaba hacia mi. Grité fuerte por el horror. Cuando intenté huir, el payaso me tomó por el brazo y cuando lo hice grité aún más fuerte porque me pegó el líquido rojo y pegajoso que tenía en las manos y el cuchillo. Corrí despavorida sin rumbo alguno más que escapar del payaso maniaco asesino destructor. No se exactamente que pensaba, olvidé por completo que era una casa de terror, mis nervios se adueñaron de mi mente.
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La van a pagar playboys
Подростковая литератураOdio las injusticias, la gente que utiliza los sentimientos ajenos para su beneficio y luego abandona como quien arroja a la basura un vaso desechable luego de tomarse el jugo que ha comprado. Creen que las mujeres somos el sexo débil pero están equ...