Capítulo 1: el videoemisor

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La batalla contra Camila me había dejado por los suelos pero con una medalla de gimnásio. Tras salir de ahí toda la energía que había utilizado para luchar se desvaneció por completo volviendose un vago recuerdo de cuando llegué a ciudad Mayólica.

Me senté en el banco que había justo al lado. <<¿Ahora qué?>> Pensé. Iba y venía de las ciudades únicamente por y para competir, ganar medallas y capturar pokemon. Eché un vistazo a un mapa de la ciudad que se encontraba convenientemente a mi izquierda colgado en un corcho. Algo de ahí me llamó la atención: un musical. No era aficionada a cantar, ni mucho menos. Pero para estar sentada en mitad de la ciudad de las luces y la tecnología prefería ver como la gente vestía a sus pokemon y les hacía bailar.

No estaba lejos, era uno de los primeros edifícios de la ciudad ¿cómo no me había dado cuenta de su presencia al entrar? De todas maneras pasé. Un lugar de lo más colorido, decorado de manera algo extravagante para mi gusto y con música suave de fondo. Sin embargo había algo que no me cuadraba ahí: cámaras de televisión. Había oído que suelen descubrir estrellas y futuros talentos en este tipo de cosas pero esta atención mediática era exagerado. Quizá ocurriría algo especial.

Pasé con el resto de espectadores a la sala de butacas y me senté en espera de que la función comenzase. Lejos de un ambiente tranquilo, había muchas chicas jovenes que no dejaban de soltar pequeñas carcajadas entre rumor y rumor que se contaban al oído. Realmente hoy ocurría algo.

Finalmente el telón se alzó y se mostró ante mí un escenario de color amarillo con cintas rosas a los lados. La gente aplaudía, yo solo quería que despidiesen al decorador. La presentadora que siempre vi en la televisión cuando veía los musicales desde mi casa salió saludando al grito de los aplausos.

-Bienvenidos al musical de ciudad Mayólica, soy Blanca, la presentadora y como bien sabeis, hoy tenemos con nosotros a tres jueces que participarán de manera especial en este episodio. Demos una cálida bienvenida a Hiedra, cantante y líder de gimnásio de ciudad hormigón-muchos aplausos, contribuí-El señor pokemon, del club de fans pokemon-este hombre estaba en todas partes, lo juro-Y por último Julen-a este último no le conocía.

En ese momento mi videoemisor comenzó a sonar. Lo tapé y salí de allí sin molestar a nadie hasta la entrada del edificio. Ya allí contesté. Era la profesora Encina que llamaba para darme la enhorabuena por mi victoria en el gimnasio de ciudad Mayólica. La agradecí y estuvimos hablando un rato y cuando me quise dar cuenta, el musical ya había acabado y la gente comenzaba a salir.

-He venido para nada...-pensé.

Miré mi reloj. Las 21:15. No iba a salir hacia la siguiente ciudad a estas horas así que decidí pasar la noche en Mayólica. Aproveché y me acerqué a la noria del parque. Era de lo más famosa y me habían aconsejado no perdermela cuando pasase por ahí.

A medida que me iba acercando la noria era más y más grande.Llena de luces, pero en silencio, no se oía ni una rueda dentada girando, era todo muy silencioso lo que lo hacía hasta mágico bajo una manta de estrellas con el fondo negro. Abstraida por la grandeza de tal maquinaria, noté como mi pie chocó con algo, miré abajo y era un videoemisor de color naranja. Lo agarré y miré al rededor en busca del dueño, pero no había nadie. Decidí continuar mi camino hasta llegar a la noria. El señor que trabajaba allí me abrió una de las cabinas y me ayudó a montarme en movimiento. Quizá tendría que haberle dado el videoemisor a él...

Las vistas eran magníficas, ciudad Mayólica era como... como si las estrellas se hubiesen caido, hubiesen aterrizado aquí y aún continuasen brillando. Me habían comentado que había cambiado mucho en estos dos años, pero no sabía hasta qué punto.

De nuevo, el sonido de una llamada detuvo mis pensamientos. Miré mi videoemisor, pero no era el mío, era el que acababa de recoger hace dos minutos. Decidí responder:

-¿Hola?

-¡Gracias a dios! Si has respondido supongo que has encontrado mi videoemisor.

-Sí.

-Menos mal... muchas gracias por recogerlo ¿sigues en ciudad Mayólica?

-Sí, ahora mismo estoy en la noria.

-¿De verdad? ¿podrías apuntar con la cámara del videoemisor hacia la ventana? Me gustaría ver las vistas.

Obedecí y le mostré todo lo que se podía ver desde donde estaba. La respuesta: un suspiro casi de lamento.

-Ojala pudiese haber visto todo aquello...

-¿No estas en la ciudad?

-Acabamos de salir y por desgracia no tendré tiempo libre para ir a por el videoemisor, por eso me gustaría pedirte que te lo quedases hasta que pudiese ir a buscarlo ¿te importaría?

-No, está bien, además yo también me muevo mucho, quizá nos crucemos en algún momento.

-¿Eres entrenadora?-asentí-¡Eso es genial! Por cierto ¿cual es tu nombre?

-Me llamo _____.

-Yo soy... Julián.

-¿Seguro?-pregunté-Pareces haber dudado de tu propio nombre.

-¡No, no, soy Julián!

-En ese caso, Julián, me quedo tu videoemisor. Espero poder devolvertelo pronto.

-Sí... ¡Ah! ¡Tengo que irme _____, adiós!

Y ahí fue cuando terminó mi viaje en noria.

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2016 ⏰

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Cara a cara (Tetsu/Julián/Curtis x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora