Capitulo 2; Cartas.

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Me encontraba en la clase de literatura, mi clase preferida. Esta vez no me encontraba sola, estaba con Aria, es un progreso, al menos.

La profesora, Caroline, era muy dulce, siempre se encontraba tratando de sacarles una sonrisa a los demás, le tenía mucha confianza.

Creo que todos tienen un lugar favorito en el mundo, el mío era el barranco, sentía que tenía una especie de conexión con ese lugar, presentía que alguien o algo me acompañaban... Era totalmente extraño.

-¿Leyla estás aquí?- Me preguntó Caroline sacudiendo su mano por mi cara.

-Sí, lo siento.

-¿Terminaron el trabajo con Alex?- Mierda, el trabajo, lo había olvidado y Alex no se esforzó en recordármelo. -Oh, el trabajo...- Intenté inventar una excusa, pero no se me ocurrió nada.

-Lo quiero para la siguiente clase, sin falta.- Dijo, y se retiró. Fulminé a Alex con la mirada.

El camino a casa fue normal como siempre, tenía puesto los auriculares cuando vi a un hombre acercándose.

Caminé más rápido. En menos de 10 segundos estaba ya corriendo.

-Venga tu niña ¿Cómo te llamas?- Dijo tomándome el brazo

-¡Suéltame!- Me llevó hasta un callejón que no conocía, trate de zafarme de su agarre, pero era demasiado fuerte.- ¡Ya suéltame solo soy una niña!

Le di una patada en el estomago y salí corriendo

Al llegar la casa estaba completamente sola, me senté en mi cama secándome las lágrimas, no podía, no podía con esto.

Comencé a escribir una carta a mi madre, aunque ya no esté.

''Lamento no haberte escrito, estuve un poco ocupada estos días...

No sé si alguna vez te has sentido así. Que quisieras dormir por miles de años. O simplemente no existir. O simplemente no estar consciente de que existes. O algo por el estilo.

Sé que nunca leerás esto, pero quiero tener esperanzas, aunque ya las haya perdido...

No estoy nada bien, me siento sola, insegura de todo, no tengo a nadie conmigo, lo único que quiero es que estés aquí, conmigo, ahora.

Me encantaría contarte mis problemas, pero no me puedes aconsejar.

No te preocupes por mi mama, estoy bien. Siempre estoy bien.

Tengo que dejarte, es martes, no tengo nada que hacer, pero siento que tengo que desquitarme con otra cosa que no sea contigo.

De verdad, adoro escribirte, aunque no lo leas jamás...

Me pregunto porque te escribo, si no estás conmigo, pero estoy segura que estas en un lugar mejor, al menos eso espero.

Me gusta desahogarme mientras escribo, más a ti, te tenía mucha confianza. Es increíble como unas simples letras describan como te sientes.

Me gustaría escribir poesía, sacar fotos increíbles, de lo que sea, escribir un libro y que se haga muy conocido, conocer y recordar lugares inolvidables... Entre otras cosas, hay una lista infinita de las cosas que me encantaría hacer.

Es irónico, ¿no? Muchas personas lo tomarían como tontería escribirle a una persona que ya no está aquí, yo lo disfruto, escribirte y hacer como si estuvieras conmigo;

Te extraño mamá.

Tengo que dejarte ahora, volveré a escribirte luego, lo prometo...''

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