Nunca pensé que un chico que jamás vi, me atrajera.
Sí, es normal, lo sé, pero... dios, QUE HAGO.Seguí mirándolo, llevaba un suéter gris y unos jeans negros.
Se le veía bastante alegre, ¿será así en realidad?
Para ser sincera, no lograba dejar de preguntarme su nombre, tu edad... tenía ganas de saber quien era, tenía ganas de conocerlo.Así que decidí ir y hablarle.
-Espera, no lo hagas.-me dije.
-Si, ve y hazlo, ¿qué puedes perder con intentar?-me decía otra parte de mí.
¿Estaré quedando loca? aaaaaaj.Con nervios, decidí pararme y me acerqué a dónde él se encontraba.
Allí fue cuando te escuche hablar por primera vez, sonabas tan tranquilo.
Me dijiste que tu nombre era Gus y tenías 17. Luego se presentó también la chica que estaba a tu lado, tu prima, se llamaba Camila y tenía 17, me calló bastante bien, pero no le preste mucha atención para ser verdad, yo solo quería conocerte a ti.Aún sin yo hacer muchas preguntas, deciste por ti mismo seguir hablando acerca de ti, aún sin sonar egocéntrico.
Lo cual me agrado mucho, y decidí escucharte con mucha atención.Mientras que tú me hablabas, yo estaba totalmente perdida en tus ojos, eran café, eran hermosos.
¿Qué me estaba sucediendo?
Tal vez logramos hablar al rededor de una hora, hasta que te tuviste que ir.
Te paraste, se paró Camila, y luego me pare yo.
Eras bastante alto, me llevabas una cabeza y media.
De todos modos, yo tampoco soy muy alta.Nos despedimos y los dos nos dirigimos para nuestras casas.
Según tú al menos, allí te dirigías.Y desde ese día, sólo espero volverte a ver.
Porque la verdad, estando contigo, había logrado olvidar todos mis problemas.
De seguro, tú eras la persona que necesitaba en mi vida.
ESTÁS LEYENDO
No toda historia tiene su final feliz.
Fiksi RemajaElla tiene 16. Él 17. Ella no es muy sociable. Él, tampoco. Ella tiene sus padres a punto de separarse. Él, también. Ella sale de su casa para escapar de los problemas. Él, también. Ella, siempre se dirigía a la misma plaza. ¿Y él? También. Y...