CAPITULO 25 Adaptación.

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---Yukito---

Llegue al aeropuerto donde mis amigos me recibieron con un fuerte abrazo, yo sonreí de tenerlos a mi lado, sus mimos me hacen sentir especial.

-Bienvenido Yukito. –me beso la mejilla.
-S-Señor Laforet.
-Solo dime Patrick.

  -A-Así será Patrick-san. –susurre.
-Qué lindo. –revolvió mi cabello.
-Vamos Yukito, Mao y yo ordenamos tu habitación.
-Gracias chicos, aunque no era necesario yo...
-Vivirás con nosotros, -me abrazo Eiri- no dejare que vuelvas a esa mansión y más cuando existe ese idiota de Takeshi.
-E-Etto.
-Ya está decidido, vivirás con nosotros. –sonrió Eiri.
-Es como jugar al papá y a la mamá, solo que tú serás nuestro hijo, -sonrió Mao- ¿verdad mami Eiri?

De un momento a otro Eiri le dio un golpe a Mao y me tomo de la mano.

-Es mejor irnos. –comento sonrojado.
-Hai. –reí.
-Yo los pasaré a dejar a su casa.
-Gracias Patrick.

Nos subimos a su auto y en todo el camino Mao le pedía disculpas a Eiri por lo que dijo, pero mi amigo decidió dejarlo en abstinencia.

En verdad extrañaba esto.

En todo el camino me preguntaron acerca de los lugares que visite, de las personas y el trato que recibí, les comente en voz baja que les hablaría del problema en la casa, que no me preguntaran nada, ya que no quería incomodar al señor Laforet.

Al llegar a la casa caminamos hasta la entrada y Laforet me detuvo.

-Quiero hablar contigo.
-C-Claro, -suspire- chicos adelántense ya voy.

Mis amigos entraron en la casa y yo mire a nuestro representante.

-¿En qué puedo ayudarle?
-¿Cómo te encuentras? –me tomo del mentón.
-Bien.
-Tú mirada no lo demuestra.
-E-En verdad, estoy bien. –susurre.
-Si necesitas decir algo, -sonrió- no dudes en llamarme, estaré siempre para ti y no quiero que nada malo te pase.
-Gracias por su preocupación.
-Siempre estaré preocupado por ti.
-...
-Yukito, quiero invitarte mañana a dar una vuelta, ¿Qué dices?
-Yo...
-Tal vez te sirva para distraerte.
-Está bien, acepto. –comente.
-Bueno, paso por ti a las 10 de la mañana, -sonrió- ahora deberías descansar ya son las 8 de la noche, fue un viaje largo.
-Es verdad.
-Descansa. –beso mi mejilla.
-Hasta mañana. –me sonroje.
-Hasta mañana. –sonrió y se fue en su auto.

Entre a la casa y mire a mis amigos sentados en el sofá.

-Vaya, vaya, el lindo Yukito haciendo de las suyas. –sonrió Mao.
-¿Eh? –los mire.
-Tal parece que has cautivado a "Patrick".
-N-No digas eso. –me sonroje.
-Pues es la primera vez que lo escucho decir su nombre, y precisamente solo para ti.
-E-Es nuestro representante.
-Pero se ve que le gustas.
-No hablemos de eso. –desvié mi mirada.
-Mao deja de molestarlo, ahora debemos charlar sobre Usami.

Sentí como si mis lágrimas quisieran salir y desvié mi mirada.

Les empecé a contar todo lo que había pasado con el padre de Usami, sobre sus desprecios, sus mentiras y la forma en que Usami me hablo, que no podía quedarme para que tuviera que elegir a su padre o a mí.

-Yukito tal vez...
-No Eiri, ya no quiero seguir así, para Akihiko su padre es muy importante, tal vez con él siempre se portó bien, pero si debía elegir uno, lo elegiría a él.
-Pero...
-Ya no importa, solo espero que Usami pueda ser feliz, que su padre no se vuelva a interponer.

Ellos me abrazaron fuertemente.

-Espero que ese idiota se dé cuenta de cómo es su padre y...
-Mejor hablemos de otra cosa, -suspire- ¿los ha molestado Takeshi?
-Viene una vez por semana para cerciorarse que no te tenemos escondido.
-Tendré que enfrentarlo.
-Pero que dices, -se alteró Mao- tú no puedes ni debes ir con ese idiota, no lo permitiré, ese tipo está chiflado y tu padre más.

Baje la mirada.

-Lo siento no quise decir eso. –comento.
-No te preocupes, -lo mire- es la verdad, ellos están muy locos, pero debo enfrentarlos.
-Yukito, -me miro Eiri- no te expongas.
-Es necesario, -lo abrace- no dejaré que me obliguen a nada.

"Tal vez mi padre quiera obligarme de nuevo a casarme con Takeshi, pero ya no lo escuchare, yo haré mi propia vida..."



---Hiroki---


Abrí mis ojos y mire mi alrededor, la habitación estaba oscura, mi cuerpo dolía demasiado, aunque mis caderas son las que más dolían, ese idiota de Mookyul no me dejo descansar hasta que se quedó satisfecho.

No entiendo ¿Por qué sabe lo de mi mamá?

Seguramente se lo dijo mi padre.

Odio todo esto...

Me levante lentamente de la cama, puesto no quería que el dolor aumentara, tome una muda de ropa y entre a la regadera, sentí como un líquido resbalaba por mis piernas.

"Es verdad, ese idiota se corrió dentro..."


Apreté mis puños con fuerzas, quiero golpear a ese imbécil, necesito hacerlo.

Me di un baño, tratando de borrar todo rastro que ese imbécil dejo, no entiendo porque quiso casarse conmigo, teniendo a tantas personas a su disposición tenía que elegirme a mí, odio a mi padre, él es lo peor que existe.

Salí de la habitación y encontré a mi "querido esposo" sentado en la cama.

-Buenos días. –sonrió.
-Buenos días. –susurre.
-Hiroki, ya sabes lo que tienes que hacer, no me hagas repetírtelo.

Me acerqué a él y le di un beso casto.

-Mmm, puede mejorar.

Me tomo de la cintura y me recostó en la cama besándome apasionadamente.

-Delicioso, -se relamió los labios- no quede conforme con las rondas de ayer.
-Idiota. –masculle.
-Pero debo esperar, necesito que te arregles, debemos ver a unos compañeros.
-¿Eh?
-Ponte lindo para mí.
-S-Soy un hombre.
-Anda colócate el traje negro que te deje en el sofá.

Chasque la lengua y me levante de la cama tomando mi traje y me metí al baño.

-No era necesario que te metieras, -comento- ya te he visto completamente desnudo y no hay nada de qué avergonzarte.

"Ese idiota..."

Me coloque el traje y salí.

-Me dan ganas de devorarte de nuevo.
-Ya vámonos. –comente.

Él me tomo de la cintura y nos dirigimos al lobby del hotel donde nos encontramos con sus amigos, eran 5 personas, dos parejas y un hombre solo.

-Buenos días, -sonrió Mookyul- les presento a mi esposo Hiroki.
-Un placer dijo una mujer.
-Así que es tú pasiva. –rio la otra.
"Maldita sea..."
-Nada mal. –comento el hombre solitario- Es un doncel muy bello.
-¿Doncel? –lo mire extrañado.
-Acaso ¿no te habías dado cuenta? –pregunto.
-Vaya, con qué era eso, -rio Mookyul- esto es tan interesante.
-Pasemos a desayunar. –comento una chica- Quiero ver los modales de este chico.

"Te enseñare que son los modales..."

Caminamos hasta el restaurante del hotel donde mucha gente estaba comiendo y nos sentamos en una mesa muy grande.

Mookyul ordeno algo para mí mientras acariciaba mi pierna.

-Y ¿Cómo se conocieron? –pregunto una chica.
-Lily, deja a los recién casados. –comento su pareja.
-Pues digamos que lo compré. –comento Mookyul.
-Jajaja, -se carcajeo la rubia- ¿era un prostituto?
-No, solo es hijo de un guardia real de la corona.
-Vaya, -me miro la pelirroja- supongo que es un sirviente.
-Así es madame.

Sentí tanto coraje ante sus respuestas, en verdad quiero callar a este par.

Trajeron la comida y empecé a comer, como me habían enseñado cuando era un niño.

-Parece que lo tienes bien educado Mookyul.
-Me ha costado trabajo.
Me levante e hice una reverencia.
-Sí me disculpan debo ir a tomar un poco de aire fresco.
-Claro amor, -comento Mookyul- solo no tardes.

Llegue hasta el baño y me moje mi cara, no puedo seguir así, ese idiota ni respeto me tiene, claro cómo podría tenérmelo si ME VIOLO, maldito y mil veces maldito.

-¿Estás bien?
-Usted. –comente.
-Solo llámame Sebastián Michaelis.
-¿Qué se le ofrece?
-Dijo mi amigo que eres bueno en la cama, -sonrió- ¿es verdad?

Apreté fuerte los puños tratando de calmarme, no quería hacer una escena.

-Demasiado bueno diría yo.
-Entonces hazme un trabajito. –se acarició su entrepierna.
-Ya que insistes. –me acerqué a él y le di un rodillazo- Estúpido.



---Gilbert---

Sé que me rechazo y me echó de su casa, pero no puedo rendirme, respire profundamente y toque el timbre de su casa.

La puerta se abrió y vi a un hombre rubio que usaba una gorra salir de su casa. Roderich lo despedía y me miro.

-¿Qué haces aquí?
-¿Quién era ese tipo? –trate de contener mis celos.
-Que te importa. –intento cerrar la puerta pero no lo deje.
-Roderich, ¿Quién era ese tipo?
-Salté de mi casa, ¿Cómo te atreves a entrar?
-Con el derecho que soy quien te ama.
-Deja de decir estupideces, -cruzo los brazos- no me digas que Steven te mando porque no te creeré.
-Yo...
-No tengo tiempo, -me miro enojado- tengo una cita con Steven y no quiero llegar tarde.
-¿Cita? –lo mire.
-Sí, ahora vete.
-No te creo.
-Haya tú.

Me acerque a él hasta tomarlo por la cintura y mirarlo a los ojos.

-Me gustas.
-Q-Que. –se sonrojo.
-Te amo.
-G-Gilbert yo...
-¿Te gusto?
-D-Deja de bromear conmigo, yo no voy a...
-Siente mi corazón, -coloque su mano en mi pecho- mira como late con solo verte.
-Eres...
-Te amo.

Lo tome del mentón y lo besé, por un momento pensé que me rechazaría pero acepto mi beso, me dio espacio en su boca y explore cada rincón.  

Sentimientos Ocultos - Junjou egoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora