Loco por Briefs.

Five.

—Bulma

Yo no era una santa que se diga, sabía perfectamente cómo excitar a un hombre. Ya había tenido muchos más novios y por supuesto, ya había tenido sexo con Yamcha, en su cama claro. La mía no se toca.

Pero eso sí, nunca me ha hecho el amor y creo que esta será la primera vez.

—Jefa, ¿estás segura? –exclamó inseguro.

—Quiero que me hagas el amor.

No lo pensó ni dos veces, se quitó el bóxer y se introdujo lentamente dentro de mí.

Dolía un poco, al parecer era por su tamaño.
Me imagino esa cosa inmensa dentro de mi.

—¡Ahrg! ¡Mujeeeer! –gemía Vegeta con excitación.

Adentro, afuera. Adentro, afuera. Adentro, afuera. Adentro, afuera.

—¡Aaah, Vegeta! –di un suspiro de agotamiento y excitación a la vez.

Vegeta se quedó dormido. Yo pasé contemplándolo y en menos de cinco minutos me dormí.

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Eran las 7 de la mañana en la Cc. Desperté al lado de Vegeta, sentí algo de ternura porque lo imaginé como mi esposo.

A la vez me siento culpable, teniendo novio (un estúpido novio) y de repente hago el amor con alguien más, mi trabajador.

Debo admitirlo, fue la mejor madrugada de mi vida.

—Buenos días, jefa.

—Buenos días –dije sonriente.

—Es tarde, debo trabajar.

—¿Trabajar? Tonterías, tómate el día libre –dije y guiñé.
Vegeta solo sonrió.

Bajamos a desayunar, estaba todo solitario.

Mis padres están en uno de sus tontos viajes por todo el mundo, como era de esperarse.

—¿Gustas más café, Vegeta?

—Gracias, oye esto está rico. Nunca había probado el café en una cantidad exagerada.

—7 tazas... Te conseguiré una grande.

—Jaja, bueno. Oye, ¿por qué me pediste eso anoche?

—Pues...

*Se abre la puerta*

—HIJITA –gritan mis padres como locos.

«Lo que faltaba» pensé.

—Mamá, papá. Qué alegría... –dije con una sonrisa más falsa que el cabello "rubio" de mi mamá.

—Ya tomamos el mando acá –añadió mi padre orgulloso. —¿Es este tu trabajador?

—Sí, papá. Es Vegeta, pero...

—Pero nada, cualquier trabajador de la Cc queda al mando de los dueños. Así que, Vegetal...

—... Vegeta –interrumpí molesta.

—Lo que sea. Tú ve a darle forma a los arbustos al nomas terminar de desayunar.

—Claro, lo que usted ordene... –dijo cabizbajo.

—Querida –se dirigió mi padre a mi madre– hazme muchos pasteles y los llevas al laboratorio.

Mi madre se dispuso a cocinar y Vegeta comió rápido, fue a hacer lo que mi padre le dijo.

Yo por mi parte, me daría una ducha.

—Vegeta

Los "jefes mayores" no deben de saber que puedo volar. Así que por desgracia tengo que usar una súper escalera para darle forma a ese maldito árbol.

—Ahrg, maldito sol –dije para mí mismo.

Acomodé la escalera y para mi sorpresa, tenía vista hacia el baño de Bulma.

Esa mujer me dejó loco la noche anterior y si la veo desnuda de nuevo me volvería más que loco.

Tengo que disimular un poco.

Vi que Bulma se tardaba,
así que por el momento hice mi trabajo.

Al cabo de cinco minutos, la vi quitándose la blusa.

«Santo Kamisama» pensé.

¡Ella ya me vio! El corazón me dio un sobresalto.

Sonreía con picardía. Sabía que eso me excitaba.

Se quitó el sostén, me dio la espalda.

«Mierda, no me hagas esto, mujer»

Hasta que al fin volteó.

Joder, ¿tan grandes son?
Algo dentro de mí está creciendo, y eso me gusta.

Pasó a los pantalones.
El bóxer...

—Disculpe, joven Vegeta –exclamó enfadada la madre de Bulma– ¿se puede saber por qué espía el baño de mi hija?

«Mierda, mierda, mierda...»