La llegada del Lobo Malo

El inicio

Había una vez... Eso era lo que siempre le contaba su madre a Rose, cada noche antes de dormir. Había una vez una princesa en un castillo, había una vez un caballero de blanca armadura, había una vez un par de niños regordetes... Ese tipo de historias le parecían hermosas a Rose, y la cautivaban hasta el punto de imaginar que ella misma era la protagonista de la historia.
Su historia favorita, sin embargo, era acerca de una niña traviesa que se perdía en el bosque tratando de llegar a casa de su abuela. Esa historia siempre le sacaba una sonrisa, especialmente cuando un malvado Lobo hacia aparición, ya que en el fondo creía que era un héroe incomprendido.
Rose vivía con su madre, Jaqueline, la cual enviudo poco antes del nacimiento de Rose. Peter, su padre, había sido atropellado por un conductor distraído mientras llegaba a la boda de uno de sus amigos. Lo extraño, según Jackie, era que en sus últimos momentos una misteriosa joven lo acompañó, hasta que murió antes de llegar algún tipo de ayuda. Nunca se supo la identidad de esta joven.
Jackie y Rose eran como pan y mantequilla, se llevaban no solo como madre e hija, sino también como grandes amigas. Cuidaban siempre una de la otra y se mantenían ocupadas, ya fuera en el trabajo o en alguna fiesta. Ambas vivían en el 214 de Milton Grove, cerca de Londres. Una zona bastante tranquila, con bastantes arboledas y muchos parques cerca.

A través de los años, Rose creció feliz, alegre y entusiasta. Terminó la preparatoria sin mucho renombre pero sin problemas, e inmediatamente comenzó a trabajar en una tienda cerca del centro. La verdad es que la vida de Rose transcurría sin ninguna emoción, como la de cualquier londinense, sin ninguna emoción o nada nuevo.