Capitulo 1 - La hija del director

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Mi día a día transcurre de forma monótona. Me considero una persona recta y aplicado en sus estudios, que es lo primordial para mi. Mi meta siempre a sido ser el mejor y hasta ahora lo e cumplido.

No tengo pasatiempos ni mucho menos distracción. Desde que tengo uso de razón siempre me llamó la atención estudiar más que otra cosa.

Tengo mi futuro perfectamente planeado; noviazgo, fiestas, amigos, distracciones... Todas esas cosas están prohibidas en mi vida perfectamente estructurada y arreglada. Mi mamá cree que para la edad que tengo (17 años) soy una persona adulta y poco amistosa, ya que desde pequeño se me ha hecho difícil enfatizar con otras personas. Solo tengo recuerdos de una o dos personas a las cuales puedo decir que lograron agradarme un poco.

Justo ahora voy camino al colegio (Primer día de mi último año). El colegio donde estudio es uno muy prestigioso y por merito propio estudio allí, no porque no disponga del dinero, ya que mi madre a pesar de ser madre soltera a sabido mantener a mi hermana y a mi con un empleo excelente que tiene como una de las mejores abogadas de la ciudad (la mejor para mi). Pero el hecho de que no pague nada por mi beca hace que me sienta bastante bien.

Llegar al colegio y no hablar con nadie es un placer que muy pocos saben aprovechar. En un mundo donde estar rodeados de personas te hace importante me deja en claro que todavía nos falta por evolucionar.

En el salón se oyen muchos murmullos acerca de una chica con el director o algo así, no me dejan concentrarme en mi lectura por la cantidad de ruido que hacen. No entiendo que importancia tiene una chica nueva. Como si fuera noticia nueva que las personas matan por entrar en este colegio.

—Buenos días alumnos— nadie notó cuando el profesor llegó ni siquiera yo. Todos empiezan a sentarse poco a poco y yo aprovechó de cerrar mi libro

—Buenos días— decimos todos a coro

—Veo que amanecieron enérgicos hoy, me alegra eso así me gusta— sonriendo pone su bolso y algunos papeles sobre su escritorio, afincando sus manos del mismo nos mira a todos todavía sonriendo —Se a transferido una alumna nueva hoy así que denle una bienvenida a su nueva compañera Valdez Charlotte—

Frente a todos aparece una chica que nos ve con una expresión arrogante y desde el momento en que la veo mi cerebro empieza a mandarme señales de alejamiento. Y a mi cerebro nunca se le debe ignorar.

Es que es imposible el pensar que es una persona con la cual llevarse, solo mirar su forma de vestirse te hace no querer tenerla cerca. En un colegio tan prestigioso como éste, se me hace difícil y increíble ver a una chica vestida de manera incorrecta en todos los sentidos. Aquí se viste con uniforme; las mujeres deben traer falda y ella trae pantalón, aparte de tener gorra, uñas pintadas de negro y un pircing en la ceja. Es como si quisiera decir a gritos alejate... y a mi me quedo bastante claro.

—Hola— dice sonriendo falsamente y sosteniendo su mochila en el hombro derecho.

—Bien señorita Valdez puede sentarse—

Termina como esperaba sentandose de ultima y todos en el salón --incluyéndome- la miramos sin disimulo.

¡Es que no puedo entender como el director no dijo nada por como esta vestida! ¿Acaso no la vio?. No creo, todos decían que llego con él.

—Bueno Jóvenes Bienvenidos todos — dice el profesor llamando nuestra atención —Quiero desearles mucha suerte en este su ultimo año, muchos de ustedes se conocen desde el principio— veo a muchos tomarse de la mano y sonreír —Y otros bueno apenas se integran— lo dice refiriéndose a la nueva obviamente —Pero se que son un gran equipo todos, jovenes inteligentes y aplicados y me atrevo a decir, ya que estuve con ustedes en otra materia el año pasado, que son unos alumnos excelentes. Bueno espero ver a todos graduados así que ¡un aplauso para ustedes!—

Todos empezamos a aplaudir, algunos ríen, otros lloran, otros se abrazan... Y yo solo pienso en lo patético e hipócrita que es esto. Todos sabemos que al graduarse mas nunca se verán la cara y si de casualidad lo hacen lo mas que harán sera decir -Hola-

—Bueno empezando hoy les traje una prueba diagnóstica en la que veré que tanto saben de la materia, como ya sabrán esta prueba no les dará ningún puntaje pero me hará saber las debilidades de cada uno—

El profesor le entrega el examen a cada uno que en 10 minutos logro terminar. Al entregar el examen el profesor me dice que puedo salir y aprovechó de irme a la biblioteca.

Venir a la biblioteca me da un enorme gusto, este es uno de mis lugares favoritos. Tanta tranquilidad me encanta y no es algo que pueda tener en otro lugar. Así que aprovechó el tiempo y me pongo cómodo para seguir en mi libro.

Mi lectura fue detenida cuando en mi hermoso momento de alejarme de la realidad alguien me toca el brazo para llamar mi atención.

Que suerte que no soy una persona agresiva porque él que alguien me interrumpa en mi lectura es algo que realmente odio

Cuando me giro me doy cuenta que es Jeremy (el secretario del director)

—Hola Víctor, disculpa que te interrumpa pero el director te solicita con carácter de urgencia—

La manera en la que me dice eso me intriga, así que sin responderle lo sigo a la oficina.

Cuando llegamos me hace una seña con la mano para que pase y el se queda en su escritorio que está justo al lado de la puerta de la oficina del director.

Toco la puerta y escucho el -Adelante- de él director. Cuando entro él director alza la mirada rápido y se levanta a recibirme. Se acerca a mi y me saluda con la mano la cual tomó con confianza ya que es una persona con la que hablo todo el tiempo.

—Víctor te estaba esperando ¡Sienta te por favor! —me acerca a la silla frente a su escritorio y me siento, el hace lo mismo frente a mi. Me sonríe amigable como siempre y yo lo miro serio...como siempre.

Ambos nos quedamos en silencio y yo aún con la duda de saber la urgencia. Ya que la forma en la que Jeremy lo dijo me tiene un poco intrigado. Igual no creó que sea para algo malo, seguro es alguna competencia boba que me quieren pedir que haga, algo muy típico.

¿Para que me mando a llamar señor?— le preguntó sin rodeos

—Es que necesito tu ayuda para algo—

—Bueno digame en que puedo ayudarlo—

—Mi hija, Charlotte...—

El gran signo de interrogación que se hizo en mi rostro debió ser épico, porque a mí muy pocas cosas logran sorprenderme.

Chica ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora