Acá estoy, sola entre tantos visto por pocos y amado por nadie. Es mi cuerpo mi ataúd, es mi cuerpo el motivo de mis dolencias. Dentro de el yace herida la reina de todas las aves, mi compañera de viajes. La que un día fue libre, pero la vida nos quito el privilegio de recordar. A la que le cortaron las alas y la lanzaron a tierra. Dándonos carne por ataduras, huesos por cadenas y pieles por grilletes. Nos lanzaron a tierra, y en nuestros pies nunca había habido firmeza. Nuestras fuertes alas llenas de seguridad y fuerzas fueron remplazadas por cargas humanas. *** En alguna parte mantiene la esperanza, producto de los recuerdos de sus proezas. Fotografías borrosas de un ayer altivo y poderoso. "La esperanza que lo es todo, y que es la nada" *** ¿Quien o dulce reina nos encerró en esta imperfecta cárcel?, ¿Quien preciosa y altiva dama permitió que fuésemos heridas?, ¿Porque te despojaron del reinado de tus luces para vagar en la oscuridad?, ¿Un necio quizás?, ¿un torpe tal vez?, ¿o un tirano de seguro? Recordemos juntos mi preciosa señora, la época en la que éramos 2 y no 3. En el que morábamos en mansiones eternas y jardines perfectos. Nada nos afanaba, nada nos preocupaba, nada nos ofendía. El amor era el amor, jamás lastimaba pues su naturaleza era pura. El perdón no existía, pues la ofensa no andaba en nuestros caminos. Nuestros comienzos no existían y nuestro final lo considerábamos inexistente. *** Nosotras dos fuimos uno con el ser, y el ser fue uno con nosotras. Pero por obra de un tirano nos sacaron de nuestros aposentos. Nos quitaron nuestros privilegios y nos arrebataron la felicidad. *** Poco a poco un foco de corrupción fue creciendo entre las dos, Tanto que termino consumiéndonos, y atrapándonos hasta el punto de enclaustrarnos, No volvimos a ver la luz. *** Un día nuestros ojos se abrieron, y sentimos que algo nos sobraba. Fue hay cuando conocimos en frio del aire. Protestamos ante esta forma de ser recibidos, pero nuestras palabras fueron intangibles. Y fue cuando conocimos nuestra tumba, el inicio de nuestros pesares. Fue como un horrible despertar amnésico. Nuestro tercer amigo nos demostró su terrible poder. *** Tuvimos que aprender costumbres e identificar peligros. Todo lo bello conocido fue arrancado de nosotros, Y nuestra inocencia fue manchada con la malicia de las otras, Que similares a nosotras, ya habían olvidado su anterior estado. *** Y la esperanza que la creímos naufraga, salió de su madriguera al oír la palabra amor. *** Pero poco a poco nos dimos cuenta, que al igual que nosotras, Ese hermoso estado también había sido manchado, Y descubrimos que lo que antes era salvación, solo traía más dolor. Y paso lo impensable se hizo cierto, lo bello transfería dolor en nosotras, Y tuvimos que aprender a desconfiar de todo. A ser duras con nuestro entorno, a devolver lo que nos daban, a remunerar las malas dádivas. *** Y fue hay cuando nos dimos por enteradas: habíamos sido manchadas, desgarradas y petrificadas. Y de lo que fuimos solo quedo los distantes recuerdos, llenos de ira y remordimiento. Nuestra confianza y seguridad de nuestros destinos fueron reemplazadas por las dudas y el titubeo de nuestro porvenir. *** Pasaron lustros y nuestro amigo perece, cumple su ciclo. Y en nuestros espejos vemos que ya no somos las mismas. De nuestras blancas vestiduras ya no queda nada. Parches verdes, zapotes y negros se sobreponen, Hilos y alambres unen nuestras partes, Fango seco y sangre seca son nuestros nuevos colores. ¡Somos corruptibles!, experimentamos los peores dolores, fuimos arrastradas al abismo por nuestro amigo, Pronto gusanos comerán nuestra prisión y polvo habrá en lugar de cadenas, Nuestro destino es tan incierto... Y el peor de los juegos humanos se ha quedado en nosotras El Miedo...
