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Dormí hasta el otro día, al despertar no paraba de retumbar en mi cabeza "la próxima no te la dejo pasar" , tenia pensado volver a verme? El pánico me invadía de solo pensarlo, me niego a volver a salir de mi casa, me despido del señor sol para siempre.

Salgo de mi cama y me miro en el espejo, como alguien podía querer volver a ver eso,  soy horrible. Voy a la cocina y como hasta no poder mas, luego me echo a llorar, me voy a morir sola, doy asco. Entro al baño y agarro la cuchilla que escondo en una caja de perfume que nadie usa, la sangre empieza a recorre mi brazo mientras que el dolor oculta todo, lloro, me lavo la cara y salgo.

Mi madre esta preocupada, hace rato no me notaba tan deprimida, lo peor es que me compra comida para animarme pero lo que es aun peor es que no me puedo enojar porque comer es lo único que me hace feliz o eso aparenta aunque luego me arrepiento, lo se, soy complicada.

Esta tarde van a venir arreglar el ventilador de techo del comedor, dejo de andar a principio de año pero recién ahora esta haciendo calor.

- Cariño salgo con las chicas, te dejo la plata para pagarle al muchacho - dice mi madre -.

- Tengo que atenderle yo?

- No podes ocultarte siempre, las personas no muerden - se va antes de que pueda protestar.

No muerden usan algo peor, la palabra, con ella te pueden pintar un paisaje o destrozarte en cuestión de segundo, conmigo siempre usaron la segunda. Me quede molesta, no quería que nadie me viera, estaba por pegarle una patada al sofá cuando oigo el timbre, voy refunfuñando a atender cuando abro.

- Hola, vine arreglar el ventilador de la chica escapadora número uno.

El mundo me odia, no hay otra explicación. Que estaba pensando mi madre cuando lo contrato para arreglar el ventilador y desde cuando él sabe arreglar algo.

Mátenme.

Mátenme.

Mátenme.

Ama Cada Extremo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora