-Buenos días, hoy tenemos una nueva compañera...
Hoy empieza la nueva etapa de mi vida.
Después de 500 barrios mis padres se decidieron por uno, donde actualmente resido.
Ahora mismo empiezo las clases en mi nuevo instituto. ¿La verdad? Estoy bastante nerviosa.
No se que podrá ocurrir en este lugar, ni como son mis nuevos compañeros.
-Preséntate- la voz de la profesora interrumpe mis pensamientos.
-S-sí- digo bajito- me llamo ____ Schrader.
-Muy bien ____, puedes sentare allí al fondo- me señala un sitio- al lado de Cameron.
Yo asiento y escucho abucheos de parte de las chicas, seguramente el tal Cameron sea el mujeriego playboy del instituto.
¡Qué suerte la mía!
Nótese el sarcasmo.
-Hola- saludo al chico una vez que llego a su lado.
Él sólo me escanea con la mirada y me ignora.
¡Qué descarado!
Yo me siento en mi lugar al lado suyo y abro mi cuaderno oara empezar a dibujar cosas sin sentido.
Después de una aburrida hora de historia, suena el timbre, anunciando que podemos salir al recreo.
¡Genial ____, no tienes amigos!
Es verdad, ¿qué voy a hacer en el patio sin nadie?
¡El primer día de clases y ya seré etiquetada como la marginada!
-¡Cuidado!-escucho que alguien grita antes de que yo, torpe como siempre, me caiga al suelo.
-¿Estás bien?- me pregunta la misma voz tendiéndome una mano.
Yo solo asiento mirando al apuesto chico de cabello y ojos marrones que esta enfrente mía.
Acepto su mano y me ayuda a levantarme, quedando en una postura un tanto incómoda, ya que él me tiene agarrada por la cintura.
-Me llamo Shawn- susurra cerca de mi oído, lo que causa que me sonroje.
-Y-yo s-soy ____- digo con notable nerviosismo.
El suelta una risita burlona.
-¿Qué haces tan sola, nena?- me pregunta con voz seductora.
-N-nada- le contesto- s-solo iba al recreo.
Tras terminar la frase me doy la vuekta y sigo con mi camino.
¡Qué momento más incómodo!
Sólo consigo soltar un suspiro de alivio, pero el alivio se va al sentir una mirada sobre mi cuerpo.
¡¿Qué clase de depravados sexuales hay en este instituto?!
Decido ignorarlo y sentarme en un banco que he visto a lo lejos.
-A ver si me pongo al día con el libro- susurro y resoplo.
Después de una corta media hora vuelve a sonar el timbre.
-Vuelta a la clase- digo mientras cierro el libro que estaba leyendo.
Me encamino a mi clase pero siento un brazo en mi cintura y como me arrastran hasta una habitación oscura.
-¡Suéltame!- grito intentando llamar la atención de alguien para que me salve.
¡Pero no!
La persona que me ha arrastrado al cuarto oscuro (ahora cerrado) me tapa la boca.
-Cállate- susurra en mi oído produciéndome un escalofrío.
