Cabellos podridos.

Enrredada en cabellos mojados me suelo despertar, otra vez me quedé dormida en la bañera. Pero esta vez fue distinta, mis dedos no estaban arrugados, llevaba mucho tiempo dormida... O eso creo. Quise salir de allí y secarme, me preguntaba a mi misma si realmente me había quedado dormida. Al salir me resbalé y perdí el conocimiento, y otra vez me desperté enrredada en cabellos mojados, esta vez si tenía los dedos arrugados, mi piel se veía rara, como de color verde. Me miré en el espejo y vi que aquella que había frente a mi no era yo. Bueno, era yo pero en estado de putrefacción, me faltaba un ojo y ya asomaban mis dientes aún teniendo la boca cerrada, me faltaba mucho pelo y la piel se me caía. "Tiene que ser una pesadilla" pensé al verme así, pero era tan real que tenía miedo de no despertarme. Quise arrancarme la poca piel que me quedaba, masticar mis propios ojos y escupirlos al espejo, quería llorar pero mi cuerpo ya no retenía líquidos. ¿Así era la muerte? No exactamente. Tenía que ser un sueño, pero, ¿Y si la vida también es un sueño? Y que el despertar de ese sueño sea la propia muerte.

Preguntas que buscan respuestas, las cuales crean más preguntas. La vida como ciclo sin sentido por el que tenemos que pasar, con un gobierno que nos controle, unos alimentos que nos envenen y estar cada día más podridos que ayer. Yo no quería eso y por desgracia era lo único que me quedaba.