ENSEÑÁNDOLE A UNA ESTRELLA A BRILLAR

DETESTO MI NUEVA ESCUELA

Se supone que hoy debo llegar a mi grandiosa escuela, la cual yo no había solicitado, y mejor aún voy a estudiar en el mismo lugar que Germán, mi gran pesadilla el chico al que le gusto desde tercero de primaria y que nunca ha dejado de molestarme, pero restándole todas éstas cosas a la situación lo bueno es que.....No, la verdad es que no hay nada bueno. Aún sigo preguntándole a Dios qué es lo que lo llevó a tomar ésta decisión y que es lo que me espera en la secundaria Meridian.

Seguro te estás preguntando quien rayos soy ¿verdad? Pues verás yo soy Marnie la típica "nerd" del salón; mi cabello es castaño obscuro o al menos así lo aparenta porque según mi estilista es un cabello "tigrillo" y por si no sabes como es eso pues se supone que tengo el cabello en cuatro tonos: amarillo, rojo, negro y castaño pero ya que la mayoría son de este color pues cualquiera podría decir que es totalmente castaño, mis ojos son grandes y marrones, no mido más de un metro cincuenta y cuatro centímetros, soy de tez blanca y con unas pocas pecas en la cara, de hecho se muy bien que soy bonita pero tuve un penoso pasado en cuanto a mi peso y por eso es que tengo uno cuantos complejos de inferioridad. 

Regresando al tema se supone que tengo que llegar a las ocho de la mañana a la escuela porque como es el primer día de clases van a formar los grupos y nos van a asignar profesores y de hecho acabo de llegar y te tengo dos noticias una buena y una mala, te diré la mala porque si te pregunto obviamente no podré saber cual quieres primero puesto que no soy una adivina y también porque primero hay que pasar el trago amargo ¿no?, ok ahí te va.- No conozco a nadie y en éste momento te puedes preguntar el porque eso es la mala noticia pero ponte en mi lugar, yo una chica que tuvo problemas con el peso, con complejos de inferioridad y que tiende a ser siempre el "cerebrito" del salón pues se me dificulta hacer amigos pero bueno no es que me importara tanto hacerlos y regresando al tema también está la noticia buena.- No he visto a Germán por ningún lado.

Mi mamá ha entrado a la escuela conmigo para saber en que grupo quedaré, yo me voy a formar entre los nuevos mientras ella se queda en el lado de los padres la verdad es que soy una niña de mami y papi pero no en el sentido de consentida o bueno si un poco por ese lado pero sobretodo porque me cuidan mucho y también a mi hermano Erick.

Los honores empiezan y en lo único que yo puedo pensar es en que ya quiero que acaben y  saber en que grupo estoy, en fin después de media hora de honores empieza lo bueno la directora empieza con el grupo A y empiezan a llamar a los chicos por apellido y cuando me di cuenta de eso lo único que podía hacer era repetir mis apellidos en mi cabeza como si fuera un mantra porque solo Dios sabe lo despistada que soy y que hasta mi propio nombre se me podía llegar a olvidar, en el grupo A no suenan mis apellidos y pasan al grupo B y oh! milagro aquí si suenan mis apellidos y avanzo a formarme en la fila, al parecer soy la mitad de la lista y cuando escucho que ya se va a acabar sonrío victoriosa de que seguro y Germán no entrará en mi grupo pero al igual que cono todas las cosas de mi vida mi felicidad se convierte en decepción al escuchar el conocido apellido Zamora Castro de Germán, sip peor no me podía estar yendo.

Nos dirigen al aula que se supone será nuestro salón de clases por todo el año escolar, quiero aclarar que si a algo amo en el mundo es a mi madre así que antes de irme me despido de ella y como siempre le digo que la amo y que se cuide, regresando a donde me quedé nos presentan a la profesora cuyo nombre es Laura Ereza Rojas y se que es una de las mejores profesoras de todo el instituto. Se presenta a nosotros y nos advierte que es una profesora muy exigente y nos pone a realizar unos ejercicios matemáticos para saber en que condiciones habíamos llegado a la secundaria y como ya se los he contado resulté ser nuevamente la cerebrito del salón, a la hora del recreo nadie se junta con nadie, nos limitamos a comer en silencio y dentro del salón, para el final de la clase ya varios chicos habían conseguido potenciales amigos, ¿y yo? sigo sola pero al menos esta vez no soy la única, la profesora nos pone problemas matemáticos y se sienta en el escritorio a esperar a que acabemos y vayamos a calificar con ella para que después guardemos nuestras cosas y nos podamos ir a casa. Yo estoy muy concentrada en mis ejercicios hasta que un ligero carraspeo me distrae de mis operaciones y volteo hacia la puerta que es de donde mi sentido del oído me ha dicho que provenía y ahí lo veo, el chico más guapo que he visto en mi vida, es alto, sus ojos son claros como la miel, tiene una sonrisa que hace a mi tonto corazón latir alocadamente y que se detiene al escuchar las siguientes palabras que salen de su boca dirigiéndose a mi profesora -Ya llegué mamá- literalmente quería que la tierra me tragara ¿Cómo era posible que me haya fijado en el hijo de mi maestra siendo este el primer día de clases?. Puedo jurar que la baba me escurría porque era lo mínimo que podía estar haciendo ante aquel guapo chico. Tenía que saber su nombre, mejor aún yo tenía que conocerle costara lo que costara y sabía que sería un trabajo difícil pero no me detendría hasta conocerlo o mejor aún hasta poder llamar a mi profesora "suegra".