Tenéis muchísima suerte de que pueda publicar esto ahora, porque he intentado conectarme con el wifi de mi móvil y no podía y de casualidad mi madre se ha dejado el suyo en mi habitación ... así que ahora mismo estoy robando wifi (Upss...)
No me gusta nada como me ha quedado el capítulo, pero ya no se puede hacer nada... lo repasaré otro día que tenga la mente más despejada
Se que hablo mucho de Nico, Scapa y Gray y blah blah blah, pero es que son personajes importantes que poco a poco irán saliendo más en la obra así que... a aguantarles XD
Nico odiaba estar de vuelta. Después de unos pocos días pudiendo disfrutar del aire exterior le repugnaba la idea de volver a encerrarse en aquel sitio de mala muerte, de tener que soportar las miradas de odio al pasar (aunque la mayoría fuesen miradas de odio infundadas), el rostro aterrorizado de los pequeños cuando se dirigía a ellos y las estúpidas sonrisas falsas de los superiores intentando conseguir algún privilegio fingiendo amistad con él... pero lo que más odiaba Nico de aquel lugar era Axel, por fuera podría parecer que actuaba con normalidad frente a su jefe, pero siempre que se encontraba en su cercanía podía notar las tripas revolviéndose del puro odio contenido... y del miedo.
Por esta razón—Axel y solo Axel— cuando Nico volvió a la casa después de unos días de negociaciones intentó por todos los medios atrasar el momento de reencuentro con el jefe de la organización y, en vez de poner rumbo a su despacho nada más llegar, el de cabellos plateados decidió dar una vuelta por el recinto y buscar un sitio tranquilo lejos de las miradas de terror y odio que le solían dedicar en aquel lugar.
Había llegado justo durante el descanso de la comida y algunos niños habían aprovechado para salir por los pasillos a disfrutar del mísero pan que tenían por comida. Nico les ignoró completamente mientras se dirigía al ala este de la mansión. Solo se detuvo cuando distinguió una figura robusta merodeando por los pasillos. Scapa, paseaba por los pasillos con una expresión de angustia en el rostro. Adoptando una sonrisa falsa se acercó por detrás al muchacho.
—¿Qué buscas con tanto afán? — El respingo que soltó el muchacho al escuchar su voz le pareció realmente divertido. Scapa se volvió hacia él confuso y aún con una mirada de preocupación en el rostro.
—¡Nico! ¿Qué haces tú aquí?
Aquella respuesta le hizo fruncir el ceño. Odiaba que respondiesen a sus preguntas con más preguntas.
—Trabajo aquí, por si ya no lo recuerdas. ¿Tan horribles han sido los días sin mi que te han dejado tonto?
La reacción natural de Scapa habría sido adoptar esa expresión tan seria que se le daba tan bien y de alguna manera ignorar completamente las pullas que le soltaba el de cabellos plateados, pero esta vez el castaño se limitó a mirar a ambos lados con nerviosismo.
—Sí, por supuesto...ahora si no te importa, estoy algo ocupado...
Nico estaba tan sorprendido por aquella reacción tan inusual en el castaño que dejó que se marchara sin ponerle ninguna pega. El muchacho se pasó la lengua por los labios, humedeciéndolos.
—Bueno, bueno. Me parece que me he perdido cosas importantes estos días.
Sin darle mucha más importancia a aquel extraño incidente con Scapa volvió a tomar rumbo por los pasillos de la mansión.Vivir toda su vida en aquel sitio le permitía tener un conocimiento absoluto de todos los rincones del lugar y el de ojos negros podía asegurar que conocía mucho mejor aquella mansión que el propio Axel. Por eso sabía que trepando por las columnas de madera de una de las salas abovedadas podía acceder a un segundo nivel de la casa que nadie conocía. Ni siquiera era exactamente un segundo nivel, más bien parecía como si alguien hubiese intentado hacer una buhardilla en lo alto de la casa y se hubiese quedado a medias, con un montón de tablones sueltos componiendo un suelo lo suficientemente firme como para que el chico pudiese estar ahí sin temor a que este cediese.
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Sin rumbo (BL) (Rumbo a la guillotina 2)
Любовные романыJames se sintió estúpido. Estúpido por estar ahí, por haber seguido a aquel chico que le había roto el corazón en mil pedazos, y por seguir sintiéndose afectado por su presencia. Lentamente se llevó las manos a la cabeza y agarró con fuerza de sus c...