El honor de la locura | AU.

Introduccion; renacimiento.

A sus ojos, ella era una nueva arma, una que podía descontrolarte y usar a como se le de el gusto. Aunque era difícil, podía desecharla y hacer como si nada hubiera pasado.

Pero los hubiera no existen, así como es que ella llego a su vida. Mostró una obsesión clara a sus ojos verdes que le dejaron atónito al verle de rodillas frente suyo.

El poder que emanaba esa chica más joven que él le cautivaba de manera especial. La quería solo para el por eso debía corromperla, volverla igual que el.

Llevarla a una extreme locura sin escape que consume toda tu alma.

Y ella no se negó, lo que más le sorprendió es que cada vez que preguntaba algo novia su cara angelical asintiendo. Era como si no escuchara y lo único que tuviese que decir es "si"

Pero ella escuchaba, él lo sabía.

Hasta el momento él sabía cosas de ella, ejemplo; la chica de ojos azules era muy silenciosa al caminar, sigilosa como un gato, como el.

Pero había una pequeña cuestión entre todo esto, ¿sus caminos se cruzaron por casualidad y era una mala jugada del destino? ¿O era realizado por parte de la chica frente a sus ojos que se mantenía callada pero mirándole a los ojos?

— Pregunta... ¿Morirías por mi?— de sus labios salió con voz tenue pero con una pizca de burla sobre ellas.

— Si.

No se había detenido a pensarlo, lo dijo de una forma muy segura que hizo que algo se moviera dentro del cuerpo del gato negro pero él decidió ignorarlo.

Esto lo encontraba divertido, curioso y muy atrayente.

— Eso fue fácil.

En un momento donde había mirado el techo se devolvió a los ojos de la chica de cabellos negros con reflejos azules.

— ¿Vivirías... Vivirías, por mi?

— Si.

"Esta chica tiene agallas"

— Cuidado— la apunto acerca su rostro a él de ella con una mirada cargada de intensidad.— No debes jurar en vano sin pensarlo bien.— poso una mano sobre su boca.— El deseo se vuelve rendición y la rendición se vuelve poder.

Las palabras pasaban por la mente de la chica quien se mantenía callada a menos que el gato negro le preguntara algo cosa como estaba haciendo en esos momentos.

— ¿Lo deseas?— pasó su dedo índice por su labio inferior acariciando un poco.

— Lo hago— la manera determinada alentaba al rubio seguir con sus palabras.

— Dilo... Dilo, pide, pide, pide— su voz fue bajando poco a poco más cerca de los oídos de la de ojos azules quien se sentía ahogada por la intimidación que él le brindaba.

— Por favor— un pequeño susurro salió de sus labios.

El criminal hizo un sonido que mostraba ternura hacia la menor al verle de esa forma, tan a su merced.

— Oh, eres tan... Buena.

La chica de ojos azules camino más cerca de lo que era el final del camino, abajo de ellos se encontraban baños de ácidos de los cuales le salían burbujas.

Miro hacia abajo sin temblar y dio la espalda a los ácidos para mirarlo de en frente al rubio. Alzo un poco los brazos y no dejo de mirarle a los ojos.

El tampoco quitaba la mirada sobre ella, sus movimientos. Cada uno de ellos.

Y cayó, delante suyo.

Voló por unos segundos para después caer sobre los baños llenos de ácido.

El gato negro sonrió un poco, una noche más, una persona menos. Dio una última mirada para después dar la espalda y caminar un poco.

Pero, ¿por qué sentía una presión en el pecho? Era como si algo le quería hacer regresar y tomar a esa chica en sus brazos.

Soltó un gruñido lleno de frustración, era arrepentimiento lo que le consumió antes de volverse y caer sobre los baños ácidos.

Y ella no supo en qué momento estaba en los brazos del gato negro. El cuerpo le quemaba, algo tan placentero.

Y lo beso, se sentía tan renacido al escuchar la carcajada del gato negro salir de sus labios después de haberle tocado los labios.

Tan precioso, tan... Suyo.

— Bienvenida, Maryien.

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Esto es basado en una escena entre Joker y Harley, la personalidad de los chicos está involucrada con la de ellos.