Capítulo Único: La asombrosa teoría del polen y la flor.

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Doce en punto. El sol brillando en lo alto del cielo, las aves cantando sobre el tejado, y una agradable temperatura en el ambiente te hacían dar cuenta de que, a pesar de todo conflicto existente en el mundo, era un día excelente.

Pero no, o al menos eso pensó Guren, que hasta hacía un momento estaba muy tranquilo decidiendo qué libro comenzaría a leer y acababa de ser invadido por su... molesto amigo.

- Guren, ya ha llegado el momento -pronunció Shinya con calma, luego de ver salir al joven Yuichiro de catorce años de la oficina de su compañero.

El mencionado miró por el rabillo hacia atrás, y luego de dedicarle una mirada desinteresada, volvió la vista hacia al frente.

- No, aún no.

-Pero estoy seguro de que ya es tiempo.

- El tiempo lo decido yo -respondió el pelinegro firmemente, mirando a sus libros sobre el estante, sólo para escapar de la mirada del albino.

Éste simplemente se le quedó mirando al escuchar aquellas palabras, y con un simple pero sarcástico "Ajá" le expresó todo. Luego de dar un suspiro resignado a aquella típica actitud, dijo:

-Guren, debes aceptar que el chico ya llegó a esa etapa de su vida. Ya tiene catorce y no sé a qué esperas exactamente. Imagina que un día...

- Ya sé a dónde quieres llegar -le interrumpió corriendo la vista hacia él, como intentando callarlo con sus ojos.

- ... ve algo que hace que sus hormonas enloquezcan...

- Shinya, dije que no.

- ... y de repente, ¡puf!; una erección a la cual él se queda mirando como: "¿Y esto?" Y entonces pasa una muchacha caminando frente a él...

- ¡Shinya, por favor!

- ... y él se vuelve loco y...

- ¡SHINYA, YA ENTENDÍ TU PUNTO, CÁLLATE! -gritó, parándose en su lugar. El mencionado se detuvo y luego de quedarse en silencio le dedicó una sonrisa traviesa.

-Ne, Guren, sólo estoy diciendo -contestó con aquel tono animado-. Sinceramente pienso que ya es hora. Además, si te avergüenza dar la charla por tu cuenta, yo podría ayudar.

Y entonces, alzó y bajó reiteradas veces las cejas. Aunque eso sólo logró que Guren menos quisiera su compañía.

- Vergüenza me daría darle la charla contigo.

Shinya simplemente alzó las manos con una expresión relajada quitándole importancia.

- Eso es porque tú quieres hacer las cosas aburridas. ¿Cómo piensas explicarle todo? ¿Con la teoría del polen y la flor?

- ¿Y cuál sería el problema?

- Que él no entendería nada. Se iría y pensaría: "¿Soy la abeja que transporta el polen, o soy la flor?" Y lo peor sería que creyese ser la flor, y entonces todo estaría perdido por tu culpa.

El Teniente suspiró ante semejante ocurrencia, caminando de nuevo hasta volver a sentarse frente a su escritorio.

- Bueno, señor inteligente y renovador, ¿cómo le explicarías eso sino?

- Lo haría interesante, espontáneo, ya sabes. No tiene por qué resultar incómodo, es algo normal.

-Dime algo, Shinya, ¿acaso alguien te explicó en tu adolescencia sobre ello?

Una actitud pensativa se pintó en el rostro del otro.

- Además de los profesores que teníamos en secundaria, creo que no...

¡Es Hora de la Charla! [One-Shot OnS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora