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Byun BaekHyun no era la clase de persona que acostumbraba a despertar temprano. Tampoco era la clase de persona que solía socializar con los demás de manera natural ni tampoco hacía favores así como así. Bueno, en realidad, él estaba atravesando un peligroso umbral en el cual se había obligado a no partirle el culo a su compañero de piso, pero no estaba obteniendo muy buenos resultados.
BaekHyun gruñó desde su pecho mientras observaba la sonrisa socarrona de su compañero, quien lo halaba de un lugar a otro por el mercado. Eran las siete de la mañana y estaba cansado, adolorido y con una horrible resaca que hacía que su medidor de tolerancia a gilipolleces sin sentido fuera nulo.
—Quieto. —ordenó con sorna, como si se tratase de un animal salvaje mientras sonreía ampliamente. —Por eso los perros tiene una vida corta, BaekHyunnie. —observó. —Se la viven amargándose la existencia.
—No soy un perro, imbécil. —volvió a gruñir, arrugando el entrecejo con notable molestia.
—Pero apestas como uno. —respondió, deteniendo su andar en seco y viéndolo por encima del hombro. —Y luces como uno. —afirmó arrugando la nariz al observarlo por dos segundos con detenimiento, luego, siguió su camino.
—¿Se puede saber qué hacemos aquí, de todos modos? —cuestionó tratando de ignorar los comentarios degradantes de JongDae, por favor, llamarle perro.
—Tenía que sacarte a pasear. —contestó con naturalidad, incrementando las ganas de BaekHyun por querer asfixiarlo con sus propias manos, despacio hasta que la última pizca de burla se borrara de su rostro. —No pienses siquiera en asfixiarme, no funcionará. Tengo siete vidas. —guiñó un ojo sin borrar su sonrisa y sin decir más.
No preguntó nada más, a sabiendas que simplemente, no recibiría respuesta coherente. Se dedicó a seguir a JongDae de un puesto a otro, terminaron comprando muchas frutas y verduras, también carne para poder sobrevivir esa semana de manera decente. Sin embargo, una parte de BaekHyun se sentía impotente al vivir de aquella forma.
El lobo estaba molesto con el humano por la vida que había comenzado a llevar. Fue difícil para él tomar la decisión de dejar todo lo que conocía atrás, recorriendo muchos kilómetros hasta encontrar un lugar dónde más personas como él vivían sin ninguna clase de problemas mayores.
Rodeado de humanos, gatos y otras especies. No era como si fuese una novedad para BaekHyun el interactuar con cambiaformas felinos, pero vivir con una pantera era otra cosa aparte. Él no había conocido a JongDae, más bien, el tipo lo conoció a él; metiéndose en su vida como si nada e involucrándose en sus asuntos y apareciendo frente a él de la misma manera como el gato Cheshire se le aparecía a Alicia.
Puede que tuviese que ver con que el tipo fuese su compañero de trabajo en aquel club de mala muerte y que consiguió simplemente por tener una cara bonita. JongDae era como una patada en el culo, no obstante, le había tomado cariño y se había convertido en su amigo con mucha facilidad. Llevaban un poco más de año y medio compartiendo piso sin percances que fueran dignos de mencionar.
Sin embargo, su lobo no era capaz de comprender que ahora se encontraban solos, sin una manada ni un clan que velara por él. BaekHyun no entendía por qué estaba tan desequilibrado, especialmente porque el lobo estuvo de acuerdo cuando decidieron mandar todo a la mierda, pero desde algunos meses se negaba a darle tregua y eso le cabreaba.
Y a pesar de todo, su lobo se puso alerta, activando sus sentidos. Trató de lucir lo más natural que pudiese, sintiendo un aroma nuevo y desconocido que sucumbió sus instintos. JongDae seguía parloteando con la señora del puesto de verduras mientras le rogaba porque ahjumma, no seas mala. ¿Cómo puede un dulce rostro como el tuyo negarme un descuento en estas deliciosas fresas? Haciéndole un puchero al cual la mujer no pudo resistirse.
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Clandestino [ChanBaek / BaekYeol]
FanficChanyeol era líder del clan más grande y poderoso de Seúl, prácticamente dominaba todo el contrabando de drogas y armas de la zona. También era dueño de Lotto, el casino más grande y popular entre los cambiaformas y la fachada perfecta para ocultar...