Negro.

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La verdad es que me desperté con el temor de no poder nunca volver a soñar, con el miedo de que mi creatividad se derrumbara cayendo en ese oscuro agujero que terminaba en un suelo afilado, el cual, me destrozaría.

Aquel inteligente chico que solo era un preso más de su loco pensamiento suicida, que pasaba las horas delante de un papel esperando a que su acabada creatividad volviera a renacer como aquel árbol recio situado en su jardín. Solamente dibujaba por diversión, ese color que tenia su bolígrafo era el único que tenia en su "estilosa" vida. Aquellas esquirlas que colgaban del techo y que amenazaban con caerse sobre su inestable suelo que estaba lleno de grietas, tenía una enorme raja sobre el.

El peso de aquel libro que escribió en aquellos papeles sucios que estaban llenos de letras en ruinas. Aquel saturado final que le esperaba inmóvil sobre aquel pedestal de color blanco. Sentía impotencia por creer ser quien no era. Pero su final seguía ahí, anclado al fondo de su ser, y este juró que nunca se marcharía.

Muline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora