Capitulo 3; Visiones.

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Me encontraba en el colegio, los profesores se pusieron de acuerdo en que no hablo con nadie. Así que me sentaron con Alex.

-¿Y cómo es tu vida? ¿Tienes familia o algún familiar?- Me pensé un poco las preguntas- ¿Con quién vives?

-Mi vida trata de escribir o dibujar, cosas así- Dije tratando de ser lo más cortante posible- Vivo con mi padre y sus mujeres, tengo primos, pero nunca los veo, la última vez fue en 2012, cuando murió mi madre.

Su cara no era la misma, sin duda le daba pena, quizá no tuve que haberle dicho eso...

-Yo, lo siento, no sabía eso...- Dijo él regalándome una de sus hermosas sonrisas.

-No tienes que disculparte- Dije dándole una sonrisa.

-Mi padre murió cuando yo tenía 10 años.- Dijo apenado.

-Lo siento.- Dije, no sabía que el padre de Alex había muerto, por eso su madre nunca hablaba de él.

-Murió atropellado, fue una muerte simple, lo extraño demasiado...- Dijo muy apenado.

-Entiendo como te sientes- La verdad lo entendía, aunque en mi caso mi madre fue la que murió, y mi padre, creo que no contaba.

No te preocupes, obviamente no lo supero, pero no puedo vivir con su muerte toda la vida, y creo que tú tampoco deberías - Dijo tomándome de la mano, lo cual la aparté rápidamente.

Aparte la vista de sus azules ojos y fijé la vista en frente, no tenía tiempo que perder en él o lo que diga.

Después de clases nos dirigíamos a la casa de Alex para terminar el trabajo.

-¡Llegamos!- Anunció a su madre.

-Perfecto, la comida está servida.- Dijo retirándose.

-Es muy agradable.- Dije con ternura

-Sí, bueno, ya sabes, es mi madre-Nos sentamos en la mesa a comer.

-¿Y como es tu vida Leyla?-Preguntó

Alex le hizo un gesto de desaprobación. Luego de eso no hablamos más en la mesa.

Estuvimos toda la tarde haciendo el trabajo, Alex y su madre son muy entretenidos, parece que a los dos les fascinan las citas alegres.

Caminé hasta mi casa, vi a mi padre sentado en el sofá con una lata de vino.

-¿Dónde estabas?-Pregunto acercándose.

-Fui a hacer un trabajo a la casa de un amigo.-Dije.

-¿Sin mi permiso? ¿Quién te crees?

-Nadie, pero no me creo ser tu hija. Eso en verdad no me creo.-Dije, me dio una bofetada.

-No vuelvas a dirigirme la palabra o vas a terminar en la calle.

-¡Nada de esto es tuyo! Todo esto que ves aquí lo hizo mamá, y si ella estuviera aquí...

-Pero no lo está-Sentí un impacto contra mi estomago, en menos de un minuto estaba vomitando.

Me dejó ahí tirada, como siempre, no es que no esté acostumbrada, es que los moretones se empezaran a notar y no tendré escapatoria. Intervendrá la policía e iré a un orfanato, odiaba esa idea, por eso no decía nada. Tenía miedo.

Me levanté del piso y fui a curarme como siempre, me curaba yo sola...

Luego de eso decidí escribirle a mamá.

''Querida mamá:

No la estoy pasando muy bien, como siempre, papá volvió a golpearme, tengo moretones increíbles en el cuerpo y estoy empezando a creer que no es normal, aunque ya lo sabía, te necesito.

Si tú estuvieras aquí él seria la persona que lo era antes...

Esa persona feliz que amaba a todo y a todos, en especial a ti.

El está bebiendo mucho, es lo que más me preocupa.

No sé qué hacer, si ir con la policía o huir de casa, pero si voy con la policía me llevarían de casa.

¿Tú qué dices?

O soportarlo, terminar de estudiar e irme...

O conseguir trabajo ahora, ninguno es una mala opción.

Bueno, tengo que dejarte. De verdad te extraño mucho.

Te deseo lo mejor estés donde estés''

Al día siguiente me levanté de mi cama y noté que mi padre no estaba.

Caminé a la sala y vi una sombra.

-¿Papá?-Nadie contestó. Cuando vi la silueta de una mujer llorando.

--¿Q-quien eres?-Dije tartamudeando- ¿M-mamá?

No podía creerlo. Estaba frente a mi. Y estaba viva.

-Hija...-Dijo llorando.

Corrí hacia ella para abrazarla, estaba al otro lado de la habitación, al llegar, la toque y se desvaneció. 

Se desvaneció en mis brazos.

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