Mamá, ¿qué te ocurrió?

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Al haber terminado el horario de clases, me fui a mi casa.
Al llegar, sólo entre y me dirigí al cuarto, ni siquiera saludé.

-Oiga, oiga. ¿ahora no saluda?-escuché decir a mi madre mientras yo subía las escaleras.

-A, sí, hola mamá.

Cerré la puerta e inmediatamente me tiré en la cama, estaba agotada y con mucho sueño, por lo cual terminé dormida.

Pasadas dos horas escucho a mi madre abrir la puerta y gritar:

-¡Ey! Vamos, dormiste toda la tarde, no seas vaga, levántate.

No se me hacia suficiente, aún estaba cansada. Así que me di la vuelta y seguí durmiendo.
Dormi alrededor de tres horas y media en total, al levantarme, fui a la cocina y me tomé un café fuerte para ver si lograba despertarme.

-Por lo visto siguió durmiendo una hora más señorita.-me dijo mi madre al verme en la cocina.

-No, solo practicaba para cuando me muera mamá.-chisté en un tono seco.

-Si, claro.

La relación con mi madre iba de mal en peor, ella me hablaba mal y yo no me quedaba atrás. No la aguanto más.
La razón de mi buen humor eran Kat y Gus, no sé que haría sin ellos.

Ahora que lo pienso, ¿cómo seguirá Kathy luego del fallecimiento de su madre? No me ha dicho nada, tampoco he querido sacar el tema, pero ahora que lo digo tendría que hablarlo, necesito saber como está.

-Mamá iré a lo de Kathy.-le dije mientras me ponía la chaqueta que había dejado colgada en la percha.

Aún sin avisar u organizarlo, soliamos juntarnos.

-No, no irás a ningún lado.-contestó de mala manera.

-Bue, ¿y ahora se te dio por ser madre sobreprotectora? No me dejas tener novio, no me dejas salir a lo de Kat, ¿qué más? De paso déjame sin estudiar también.-respondí enojada.

-No irás y punto, a parte tu comportamiento no ha sido bueno éstas últimas semanas.

-¿Cómo pretendes que te hable bien si tú lo único que haces es prohibirme cosas y hablarme mal? Tú deberías ser la que me de el buen ejemplo, pero no, lo único que haces es eso.

Solté la última palabra y me fui corriendo a mi cuarto, allí me encerré, no la quería ver más, me tenia cansada.

Decidí llamar a Gus, pero no contestó lo cual me pareció raro ya que él siempre suele contestar el teléfono de inmediato. Tampoco decidí insistir mucho, por lo cual dejé un mensaje a su Whatsapp.

-Cariño, te necesito. Necesito hablar contigo, mi madre me tiene harta. Intenté llamarte, pero no contestaste, tal vez estés ocupado, no lo sé. Ni bien puedas contestame si? Te amo, adiós♡

Lo envié y solté el celular. Nos quería hacer nada, esa mujer me sacaba de quicio, me sacaba las ganas de todo. Desde que se separó definitivamente de mi padre cambió por completo, no lo entiendo. Se supone que debería apoyarme, se que tengo 17 años y "soy grande" pero, aún necesito a mi madre, siempre la necesite. Pero ya nada es igual, ahora parece que soy un completo estorbo para ella, lo cual si me duele, bastante.

No sé que será de ahora en más, sólo se que las cosas han cambiado un montón pero que aún así, lo que me mantiene relativamente firme son ellos, Kat y Gus, definitivamente, no los quiero fuera de mi vida, son lo único que me queda.

Luego de tanto pensamiento tomé mis audífonos coloqué música y cerré mis ojos, como se debía de esperar, terminé dormida, sí, otra vez.
Pero ahora, mi madre ni se percató.

No toda historia tiene su final feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora