Hoy es el último día que South High verá a los estudiantes del Senior Year. Si, hoy es el día de nuestra graduación y, mientras recorro por última vez las instalaciones de esta cárcel de medio tiempo. Puedo divisar togas por doquier, chicas arreglándose en los baños, chicos hablando y yo no dejo de pensar en que ya saldré de aquí y no tuve el valor de decirle a mi mejor amigo que me gusta –muy cliché, lo sé- pero ya no vale la pena decirle nada puesto que no tengo idea de que pase con nuestras vidas después de hoy. Brent está fichado para prácticamente cualquier universidad que posea un equipo de fútbol americano, gracias a que todas lo quieren por ser un gran Quarterback, solo tiene que escoger a la que quiera ir y listo, así de sencillo es para él. En cambio yo iré por lo seguro, iré a la Universidad de Siracusa ya que es la única a la que aspire y me aceptaron ahí.
Sé que está muy mal que me guste mi mejor amigo, el cuál conozco desde los seis; mis padres ya lo toman como hijo y piensan que lo quiero como hermano –si tan solo supieran-. Brent no es el típico chico popular, mujeriego, idiota e insensible y yo no soy la común nerd que suspira por el popular. Ambos somos populares –solo porque él es el quarterback y yo la jefa del equipo de porristas- pero no somos como esos de película que tratan mal a todo el mundo y se creen lo mejor ya que, como dije, es de películas y en la vida real nosotros somos de lo más normal, estudiamos, tratamos a todos por igual y, si no tuviésemos esos puestos de "populares" fácilmente podríamos pasar desapercibidos e incluso por nerds, gracias a nuestras actitudes.
-¡Belle! -oí que mi amigo me llamo, y di la vuelta-. Te he buscado por media escuela –dijo mientras se acercaba a donde estaba parada-. ¿Qué estabas haciendo exactamente? El acto de graduación está por comenzar y no creo que te lo quieras perder señorita.
-Solo estaba viendo las instalaciones por última vez –respondí mientras me dirigía hacia el auditorio con mi amigo, mientras este me rodeaba con un brazo por encima de mis hombros-. ¿Sabes qué es gracioso? –le pregunte mientras dirigía mi mirada hacia él y el volteo la cabeza y me miro para que siguiera hablando-. Todos los días por cuatro años desee que llegara este momento, sabes, el poder salir de la escuela, pero ahora que ya llego ese día me da nostalgia, y voy a extrañar cada cosa de este "infierno" –hice comillas con mis dedos-. Creo que hasta voy a extrañar al profesor O'Connor regañándonos cada cinco minutos y sacándonos de clase.
-Esos fueron muy buenos momentos Belle –dijo Brent, y prosiguió-. Pero ya es momento de salir de esta etapa de nuestras vidas y empezar una nueva aventura.
-Hablando de aventura ¿cuál universidad elegiste al final? Es injusto que sepas desde el inicio a cual voy yo y que no sepa a cuál irás tú, por lo menos quiero saber que tan lejos irás.
-En el auditorio lo sabrás querida Belle –dijo al tiempo que me giño un ojo, algo típico de él para hacerme molestar-. En el auditorio lo sabrás.
Entramos al auditorio y el director nos ubicó en unos puestos encima del escenario a todos los futuros graduados para luego decir el tradicional discurso –si, ese que hace dormir a todos, contando al director-.
-Hoy es el día en el que este grupo de estudiantes culmina una etapa de sus vidas. Aquí forjaron amistades, algunas permanecerán con el paso de los años y otras se irán. Fuera de estas cuatro paredes aprenderán lo que es la vida... -y bla, bla, bla. Sinceramente mientras el director habla sobre que la vida es difícil y todas esas sandeces, yo me preparaba mentalmente para decirle a mi amigo lo que sentía por él realmente y, para relajarme reproducía una y otra vez canciones de mi banda favorita en mi mente-. Ahora un aplauso para los egresados del 2016 –y así fueron llamando a cada uno de los estudiantes, hasta que llego Brent-. Un aplauso para nuestro quarterback Brent Foster, el cual irá a la universidad de... -hizo un momento de silencio como hizo con todos los estudiantes, pero los otros no me importaban, quiero saber a cuál irá él-. Me acaban de informar que el estudiante no quiere que mencione a cuál universidad irá, pero estará en esta gracias a la beca del equipo de futbol americano y estudiará biología marina –culmino el director al tiempo que le entregaba el diploma a mi amigo y yo no salía de mi asombro ¿acaba de decir que no quiere que se todos se enteren? Pero mi amigo dijo que me enteraría en el auditorio... Idiota que me juega bromas pesadas, lo hace a propósito. Cada vez se acerca el final de entrega de diplomas, yo soy la última por mi apellido y se acerca más el momento de la verdad. Sinceramente ahora si estoy muriendo de nervios pero no me echaré hacia atrás, ya llevo cuatro años con esto y no esperaré un día más-. Reciban con un gran aplauso para la última de esta promoción de egresados, Belle Whyman. Nuestra capitana del equipo de porristas asistirá a la Universidad de Siracusa para ejercer la carrera que le apasiona, periodismo –me acerque y el director me entrego el diploma junto con un gran abrazo y volví a mi lugar-. Con esto, damos por graduados a la promoción 2016 de la escuela South High, un aplauso –y en medio de todos los aplausos, con nuestros birretes en mano, gritamos "¡South High!" y en menos de cinco segundos todos volaron y tomaron la típica foto de graduación. Luego de recoger todo me acerque a mi mejor amigo y lo encaré.
-¿Puedo hablar contigo un segundo Brent? –el asintió y lo jalé lejos de la multitud.
-Claro, ¿sobre qué? –dijo con un tono preocupado-. ¿Estás molesta porque no dije mi universidad?
-No, no tiene nada que ver con eso. Es algo que he estado ocultándote desde hace mucho tiempo y creo que ya es momento de que lo sepas –dije al tiempo que solté un suspiro y mi amigo mi hizo una señal para que continuara, e hice lo que quería hacer desde que teníamos catorce, lo besé. Fue un beso corto y él se quedo en shock-. Me gustas, sé que es ridículo y cliché que a una chica le guste su mejor amigo pero es así, no lo elegí, solo sucedió. No podía cargar más con este secreto que me comía por dentro. Cada vez que te veo sonreír afirmo lo que siento –y mi amigo seguía en shock-. ¿Puedes decir algo al menos?
-Belle, lo siento yo... -y no deje que terminara de hablar.
-Sabía que no sentías lo mismo, lamento hacerte pasar el mal rato –y corrí. Corrí como nunca antes y quería desaparecer. Sentía unas inmensas ganas de llorar mientras corría en dirección a mi casa y eso sería lo primero que haría al llegar. No hay nada peor que esa presión que sientes en el pecho al alejarte esa persona que quieres.
Cuando llegue a mi casa no volví a salir en toda una semana y mi día se basaba en comer helado, ver comedias románticas y llorar. Cada día que pasó fue peor, y cada día me repetía que había cometido un error enorme al confesarle todo a él. Ya a las tres semanas deje de llorar y estaba normal y salía de vez en cuando, pero nunca porque tuviese realmente ganas de hacerlo. Hoy es un día normal como cualquier otro –un viernes para ser exactos- y veía un maratón de películas en Netflix cuando el timbre sonó, me levanté dejando todas las porquerías que estaba comiendo en el sofá y abrí la puerta.
-¿Brent?