- ¡Quince minutos! - anunció Bariel viendo su reloj de mano.
Se agacho para poder esquivar a un piro que había saltado hacia él quedando atrás suyo, se dio la vuelta de inmediato aprovechando su caída y corrió hacia el piro abalanzándose encima de él al tiempo que levantaba su mano sobre su cabeza y lo dejaba caer con tanta velocidad y fuerza haciendo hundir el cuchillo en el corazón del vampiro que yacía en el piso. Éste lanzó un leve grito hasta que dejo de moverse y se desplomo por completo.
- Es tiempo suficiente - dijo Chester moviéndose con diligencia entre dos piros para extraer sus dos espadas y abrirse paso entre ellos, guillotinando sus cabezas.
- ¿Ya no quedan más? -dijo Bariel con sarcasmo sobándose la mejilla golpeada.
- Al parecer...- comentó Scar buscando con la mirada a sus lados - No, ya no los hay, y hoy tuve un nuevo récord -advirtió Scar, sonriendo con satisfacción para si misma.
-¿Enserio? - preguntó Jackson con tono displicente.
Scar le lanzo una mirada fastidiada, pero Jackson ya no la veía . Scar recordó la vez que su padre Chester y ella llegaron a la casa de los Wesnerth, Bariel los recibió alegre; eran viejos amigos. Les presento a su hijo Jackson Wesnerth, tenia tan solo 5 años entonces, cabello castaño claro, tes media, era tan diminuto que causaba ternura, pero no en sus ojos, en esos ojos cafés sin emoción alguna, solo llevaba frialdad. Frialdad que nunca dejo de ver ni acostumbrarse y por alguna razón...le dolía.
- Bueno chicos- comenzó Bariel sacudiendo sus manos y sus pantalones empolvados -Andando, ya quiero darme una ducha fresca.
- Lo mismo digo, amigo - dijo Chester haciendo un par de flexiones en los brazos.
Dio un largo suspiro y se puso en marcha, los demás siguieron detrás de él. No avanzó más de diez pasos cuando se detuvo en seco y comenzó a percibir que alguien les observaba, busco con sutileza por todos lados hasta que se detuvo en cierto punto oscuro entre un callejón.
- ¿Papá...
Chester alzo un dedo en su dirección advirtiéndole que guardara silencio. Scar guió la vista hasta el punto donde aposentaba la suya; un callejón oscuro al lado de una tienda. Agudizo su visión, no fue después de dos segundos en el que se percato de la presencia de una sombra con forma humana que se acercaba con pasos cortos hasta dejarse visible bajo la luz del farol.
Tenia la tez pálida, era alto y delgado, estaba rígido y llevaba la respiración agitada los ojos negros....un vampiro.
-Podemos con él -anunció Jackson acercándose a él sacando su daga.
- No - lo detuvo Chester alargando el brazo impidiendo su avance. - Algo no anda bien - comento, sin retirar la mirada.
El vampiro abrió los ojos como platos, inclino la cabeza mirándolos y dio un rugido tan fuerte que los dejo aturdidos por unos segundos.
Scar miró a su padre que empezó a gritar algo que no logró escuchar pero lo descifro como un <<CORRAN>> . Torno la mirada al callejón y noto que el vampiro estaba parado observándoles con una sonrisa torcida en los labios que le hizo sentir un escalofrió por la columna. Alrededor de él, salían una docena de vampiros viniendo tras ellos.
- ¡Scar! - bramó Chester una vez más.
Giro la mirada hacia él, no dejaba de hacerle señas para que salga del trance. Con un movimiento lento,logro despegar un pie para retroceder con un paso, dos, tres pasos y se hecho a correr tras su padre y el resto.
Corrieron dos cuadras hasta que Jackson se detuvo retrocediendo unos pasos.
- Maldita sea, Jackson, no te detengas - vociferaba Scar que no dejaba de mirar atrás, donde venían con rapidez los vampiros.
Rodeo a Jackson y se dio cuenta del porqué se detuvo; habían más adelante. Abrió los ojos como platos retrocediendo con rapidez y miró a su padre que también se quedo atónito.
- ¡Por allá! - grito Bariel señalando a un pasadizo entre dos casas blancas.
Se apresuraron a correr detrás de él pero Bariel también se detuvo retrocediendo, al ver que salían más de allí.
- Estamos rodeados -anunció Jackson al ver los de sus espaldas.
- Mierda.
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ETERNIDAD COMPARTIDA
VampirScarleth Winsmorth vive en las afueras de la ciudad, con sus deberes cotidianos, pero cuando el sol se oculta ella junto con su padre Chester se encargan de exterminar a los vampiros que corrompen las calles cuando salen de cacería. La inquietud co...