Príncipe dormilón »KaiXing

Parte única

— Con gran emoción el rey preparó, una fiesta única para aquella ocasión. La gente del pueblo bailaba y reía, contando a todos que el Príncipe ya nacía.
Pasando las horas, la gente se preguntó "¿Dónde está el Príncipe?" A lo que el propio Rey les contestó:

"El Príncipe aun duerme, pues es tan sólo un bebé. Ustedes disfruten de la fiesta, que de su reinado me encargo con él". 

La gente volvió a celebrar, entre caravanas, vino y pan, regocijándose de alegría, pues su príncipe pronto iba a despertar.

"Han pasado días, y el Príncipe no ha despertado" "¿Qué fue lo que le pasó? Seguro quedó encantado"

El pueblo preocupado al castillo asistió, orando por el pequeño para que despertara junto al sol.

El Príncipe dormía y dormía, ignorando si ya era de día. "¿Alguna vez despertará?" Preguntó la reina afligida.

"Pronto mujer" insistió el rey; "cuando menos lo esperes, ya también tendremos un rey".

El Príncipe dormilón, con cansancio seguía ¿Había sido un hechizo? Eso era lo que todos decían.

— ¡Espera! -la voz aguda del niño de cinco años lo había detenido, haciendo que el hombre adulto lo mirara- ¿Un príncipe puede dormir taaaanto?

— Es quizá que esté encantado -dijo el mayor cerrando el libro en sus manos para tomar las mantas de esa cama y cubrir al pequeño infante.

— ¿Y qué no hay un hechizo para despertarlo?

— No lo sé, tal vez debamos seguir leyendo...

— Uh... ¡Nope! -niega el niño con brazos cruzados en su pecho- seguro ya ni va a despertar.

— ¿Seguro?

— Seguro.

— Vale -dijo aquel hombre poniéndose de pie, arropando al pequeño y dejando un beso en su frente.- descansa ahora, YiXing, mañana tienes clases.

— ¡Sí papi!

El adulto sonríe a su hijo saliendo de aquella habitación, no sin antes apagar la luz y dejar un poco abierta la puerta.

YiXing a sus cinco años no gusta de dormir sin un poco de luz, así que acomodándose sobre la cama, se prepara listo para dormir y soñar.

A la mañana siguiente el niño debe asistir al preescolar, entonces a temprana hora es despertado por una bomba de besos que lo hacen reír. Papi LuHan es el mejor despertándolo por las mañanas.

YiXing es preparado con el uniforme de su escuela, desayuna, toma sus cosas y sube al auto de papi LuHan, quien lo lleva un kilómetro lejos para dejarlo frente a las instalaciones. El adulto deja un beso en la frente de su hijo y le desea un buen día, cargando a YiXing de emoción cuando ingresa a clases.

El educador siempre es muy amigable, hace reír a YiXing y juega con todos, pero ese día él tarda en llegar, y cuando lo hace, presenta a un nuevo alumno que saluda a todos con un bostezo. A lo que el educador habla.

— Niños, saluden todos y cuiden a su compañero nuevo... su nombre es Kim JongIn y viene desde corea.

En el salón de quince alumnos, todos empiezan a murmurar cosas, como que desean jugar con el nuevo o si si sabrá dibujar bien. El niño moreno a paso lento y algo distraído, camina hasta estar en el lugar de YiXing, con quien se sienta y, recargando su peso sobre la mesa, cierra sus ojos listo para dormir.

La clase empieza y toca escribir su propio nombre en pinyin.

En la hora de recreo, todos los pequeños salen a jugar, comer algo y quizá subirse a los tantos juegos que hay en el jardín, pero YiXing no lo hace, él prefiere hablar con su compañero nuevo.