Ser adolescente es difícil, todo puede convertirse en un problema, le conseguimos defectos a cualquier cosa, nuestros cambios de humor no los soporta nadie, sentimos la presión de la sociedad y callamos todo lo que sentimos por miedo a ser juzgados.
Comenzamos a sufrir por amor, a ser juzgados por nuestro físico, a probar cosas nuevas, salimos de fiesta, tendemos a buscar salidas fáciles para los problemas, dejamos todo para el final, el estudiar no entra en nuestro vocabulario y si estudias eres un nerd/pollo, sentimos que todo nos cae encima, cuando la realidad es que nosotros dejamos que todo nos agobie, perdemos la fe en nosotros mismos y creemos que siguiendo un patrón, impuesto por otros adolescentes, vamos a encajar entre la gente que nos rodea, olvidamos ser nosotros mismos, tenemos problemas de autoestima, drogas, alcoholismo, bullying, entre otras cosas que a pesar de que conocemos perfectamente, pues diariamente nos informan sobre ello, seguimos cayendo, y un día, al mirar a los lados, nos damos cuenta de que ya no hay forma de salir del hueco en el que nos hemos metido.
Ser adolescente es complicado, pero siempre hay una solución para todo.