CAPÍTULO 22

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Unas pocas gotas de sangre estaban frescas en la alfombra de la habitación, cerca del piano de madera.


Los chicos entraron detrás de Lauren y empezaron a entender la situación.


Camila estaba al otro lado de la habitación, a penas con equilibrio, sentada en la alfombra con los brazos abrazando sus rodillas y con los ojos bañados en lágrimas. Lloraba.



Lauren en ese momento no dudó ni un segundo y fue hacia Camila esperando respuestas. Por otro lado, Carlos y Kendall inmediatamente fueron hacia Austin, él estaba medio desnudo y veía la situación tirado en la alfombra.


Lauren: Camila, ¿Camila que pasó? – Intentó levantarle la cara con sus manos. – Camila mírame, estoy aquí ¿De acuerdo? ¿Dime qué pasó? – No contestó.


Kendall y Carlos levantaron a Austin con brusquedad y lo sujetaron de los brazos, el se quejó del dolor.


Kendall: ¡Habla pendejo! ¿¡Qué le hiciste!?

Carlos: Verónica llama a la policía en este momento. Busca a mi hermano y dile que llame a los de seguridad.

Verónica: En seguida. – Ella no había pasado de la puerta, sacó su celular y salió al pasillo para hablar con menos ruido.


Lauren: Camila mírame. – Tomó sus mejillas y con suavidad levantó su cara, sus manos se humedecieron con las lágrimas de Camila. – Está bien, estamos aquí, háblame, ¿Dime qué pasó?

Camila: Él... - La voz se le cortaba. – Yo... - Entonces el llanto se volvió a apoderar de ella.


Lauren no había tenido tiempo para ver la situación en que se encontraba Austin, pero al verlo medio desnudo entendió todo.


Él estaba sin camisa y con el pantalón debajo de la cintura, eso dejaba ver su ropa interior, no había dicho nada desde que entraron y los chicos lo tenían con las manos hacia atrás. Lauren en ese instante se levantó y fue hacia él.


Sin mediar palabra, le dejó ir un fuerte golpe en el centro del estómago, en ese momento Austin de dobló al quedarse sin aire.


Lauren miró a Kendall y con esa mirada él entendió sus intenciones, levantó a Austin de un tirón y justo en ese segundo, Lauren le dio una patada en los bajos. Austin se desplomó sin aire hasta el piso.


Camila: Lauren. – La llamó con voz débil pero fue suficiente para que la ojiverde pusiera toda su atención en ella. Lauren se acercó.

Lauren: Aquí estoy.

Camila: Estoy bien. – Ya estaba más calmada.

Lauren: ¡Él te violó Camila! – Se alteró, como puede decirle que está bien después de eso.

Camila: No, no lo hizo. – Los quejidos de Austin no había parado.

Lauren: ¿Cómo que no? ¡Yo lo he visto!

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