Era un día tranquilo y agradable, se sentía una ligera brisa del mediodía, un día muy lindo para una persona normal, sin preocupaciones ni problemas que lo agobien, sin embargo para algunas personas es diferente, porque están deprimidos, tristes, solos, o sufriendo por un familiar que a estado internado en el hospital por dos años y aún no hay progreso para detener el avance de la enfermedad que le causa sufrimiento.
Estaba un muchacho con su madre a un lado, se encontraban en un consultorio en uno de los hospitales de especialidad, uno de esos donde cierto tipo de enfermedades se tratan. Este chico que se veía joven era muy maduro en su personalidad y en su forma de ser, debido a que su padre había abandonado a su madre cuando él tan solo tenía 8 años dejándolo como el hombre de la casa y cuidando de su madre y su hermana menor que solo era un bebé en ese entonces, ahora ambos madre e hijo se encontraban en el hospital para hablar con el medico del estado de la menor de la familia; ambos tenían una cara de preocupación en el rostro pues sabían que si el medico los había llamado no eran buenas noticias o algo había sucedido y necesitaba comunicárselo a la familia.
El medico entro y cerró la puerta tras de él, se sentó en su silla y acomodo algunas cosas que traía con él y posicionándose de forma seria empezó a explicar:
-Temo decir que a pesar de los esfuerzos que hemos puesto para la salud de Violeta...han sido en vano- pronuncia con algo de decepción en su voz.
-Pero debe de haber una forma para mejorar su salud, quizás algún nuevo tratamiento o medicamento, nosotros haremos lo posible para pagar todo pero...por favor no deje morir...a mi pequeña- la madre de nombre Jeni rompió en llanto por haber escuchado las palabras del doctor, a lo que su hijo la abrazo y dijo:
-Mamá... no llores, nosotros debemos de ser fuertes por Violeta, si nosotros nos rendimos entonces ella se rendirá y no podemos permitir que algo así ocurra- El joven que trataba de consolar a su madre volvió a mirar al doctor y pregunto.
-¿Qué tan grave es?-se escuchaba el miedo en su voz por temor de lo que el doc. le dijera.
-Para ser honestos su cuerpo ya no puede mas con los medicamentos, está en su límite y probablemente no resista otra cirugía para extraer el tumor benigno- sin dejar de mostrar seriedad en su rostro pero con empatía a lo que sentía esta familia prosiguió con más calma- no hay que perder la esperanza y rezarle a dios para que mejore, en estos días todo dependerá si la transfusión de la médula ósea es aceptada por su cuerpo, entonces empezaremos a ver mejoras en su salud.
-¿Qué... que eso funcione...doctor?- la madre aun con lágrimas que caían por sus pómulos pregunto una vez más - ¿es posible que mejore si la trasfusión no es rechazada?
-Hay muchas posibilidades, pero si el tratamiento va de acorde a lo que esperamos, entonces la pequeña podrá volver a casa por fin.- mostraba una sonrisa sincera
-¿Podríamos verla doc.?- El muchacho pregunto dirigiéndose al doctor pues casi era hora que la hora de visitas terminara.
-Claro que pueden hacerlo, estoy segura que se pondrá contenta por verlos- la razón por la que ellos casi no podían tener la posibilidad de ver a la pequeña niña era porque la mayoría del tiempo estaba en un área donde las visitas no podían ser permitidas, y a pesar de ir todos los días solo eran capaz de verla 3 veces a la semana por que era cambiada constantemente de habitaciones.
Al abrir la puerta de la habitación de la niña, se dirigieron directo a la cama donde se hallaba la pequeña y empezaron a hablarle para que desertara. Violeta solo podía ver con uno de sus ojos debido a que el tumor que tenía creciendo dentro de su cerebro había dañado algunas partes del ojo y con ello afectando su visión; la niña sonrió al ver a su familia y se alegraba que estuvieran ahí con ella, aunque quería hablarles no podía porque se lo impedía un respirador que mantenía su respiración normal.
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Un Deseo Del Corazón -- (En Edición)
FantasyEsta historia será reescrita así que estará bajo revisión Todo empieza desde aquí, la verdad se empezara a revelar, la oscuridad y la desconfianza crecerán dando como resultado un rompimiento de la realidad. -Recuerdos que circulan en mi mente al ve...