Capítulo 1

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Harry dejó pasar a la señora con una maleta en cada mano que corría para salir del tren hacia las puertas de la estación de Londres. Dejó su maleta en el asiento contiguo al suyo y se sentó del lado de la ventana.

Miró hacia las impresionantes vistas de los altos edificios que para él ya eran un paisaje muy visto y esperó a que el tren se pusiese en marcha.
Estaba cansado. Quizás más psicológicamente que físicamente.

Se había pasado tres años seguidos de gira por todo el mundo, hospedándose tanto en grandes hoteles como en casas abandonadas. Él no necesitaba más que un lienzo y un pincel para estar cómodo en cada lugar al que iba, y así era descrito en todas las entrevistas que le hacían, como alguien original y excéntrico. Un artista.

Pero Harry se había cansado. De ir de un lado para otro, de pintar para gente que no entendía su arte y lo único que hacía era pagar un alto precio por ella. Por ello, hacía ya dos semanas que Harry había acabado la gira y decidió tomar un descanso tras hablar con su representante. ¿Y qué mejor que su pueblo natal para descansar?

Allí era a donde se dirigía ahora, a Holmes Chapel.
Pero aquello no eran para nada unas vacaciones. Era una retirada provisional de su extraordinaria vida para poder relajarse y ponerse en la piel de un profesor como otro cualquiera.

Además, llevaba años sin ver a su hermano y a su primo, con los que había tenido muy buena relación cuando eran jóvenes, pero que de los que ahora, por motivos laborales, se había distanciado.

Su corazón latió a mil revoluciones por minuto cuando, a través de la ventana, vio como pasaban el cartel que decía "Bienvenido a Holmes Chapel". Habría saltado de alegría, pero la mayoría de pasajeros a su alrededor estaban durmiendo, así que se limitó a sonreír y codear a la señora de su izquierda, la cual echó un ronquido a modo de respuesta en la cara de Harry.

No esperó ni dos segundos tras oír la campana del tren para saltar por encima de las piernas de la mujer y coger su maleta. Corrió hacia la puerta del mismo, donde otro pasajero de color y con un gorro de lana rojo estaba apoyado contra ésta. Cuando el tren de paró del todo, el hombre se levantó de la puerta en la que estaba apoyado y pulsó el botón para que la misma se abriese. Y ahí fue cuando Harry voló del tren.

Cayó sobre los rojizos y sueltos ladrillos de la estación de tren de Holmes Chapel. Abrió ambos brazos, entendiendo que la gente le miraría mal, y respiró el aire puro de su tierra natal. Aunque ese olor fuese bastante desagradable, debido a el vagón lleno de estiércol a su derecha, él se sintió en casa. Y todavía más cuando abrió los ojos y pudo comprobar que estaba solo. En la estación apenas estaban el chico del gorro rojo, la taquillera y una señora que se dedicaba a fregar el suelo y bailar al ritmo de la música procedente de su radio.

No había nadie esperando por él, ni nadie el cual se pudiese preguntar quién era y qué hacía allí. Y eso lo hacía extraordinariamente feliz.

Estiró el mango de su maleta y comenzó a caminar hacia la salida de la estación de metro. Cuando miró a ambos lados para comprobar que no había nadie se llevó un fiasco.

Había un coche aparcado justo en frente de él, y apoyado sobre el capó descansaba un joven vestido con lo que parecía ser la ropa de su abuelo y unas gafas de culo de botella. Se encontraba sumergido en la lectura de un libro con un título que Harry supo reconocer. Al igual que al chico.

El muchacho levantó la vista y se sobresaltó, aunque no demasiado, al ver a nuestro protagonista. Cerró su libro de un golpe y sonrió.

Harry caminó hasta él, con su mano sobre su frente cubriendo su vista del sol y la otra sobre la maleta. Cuando llegó junto a él se paró, tiró la maleta, y estrujó al joven en sus brazos.

T-CHERS [Larry Stylinson] [Marcel Fanfic] [MultiFandom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora