-Todo iba tan bien hasta que tuve que decirlo!!- las palabras se ahogaban en mi garganta, mi voz rota las producía sin pensar. Una más y mi llanto estallaría.
-¡¿Decir el qué?!- el también estaba molesto, sobretodo por mi actitud tan inmadura e insistente.
Estallé.
-¡Qué me gustas!¡Qué te sigo queriendo demasiado para poder dejarte ir!- no soporté más, las lágrimas pasaban por mis mejillas mientras yo agachaba la cabeza, lista para recibir el punto final a todo. Pero no sucedió.
Sentí su cálida mano sosteniendo mi barbilla, acercándome a él. Sus labios rozaron los míos.
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"¿Acaso el título importa?"
ContoEso esperabas que fuera ¿no? Una historia con sentido. Creo que todos tenemos un momento de demencia el cual nos hace reflexionar un poco sobre la vida que llevamos. Hasta ahora mi único deseo es despertar.