CAPÍTULO 23

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Lauren estaba acostumbrada a conducir a gran velocidad, le gustaba conducir en las noches después de las fiestas por que las calles estaban prácticamente vacías. Sentir la adrenalina de sobrepasar el límite de velocidad permitido era de las sensaciones más emocionantes que ha experimentado.


Sin embargo, aquella noche, Lauren a penas se había mantenido en la primera velocidad, quería que el viaje a casa de la chica de ojos chocolate fuera lo más largo y duradero posible.


¿Por qué Lauren quería que el viaje durara lo más posible?


Sencillamente porque tener a Camila Cabello a tu lado era más emocionante que sobrepasar el límite de velocidad, de hecho era de las cosas más aterradoramente emocionantes que había experimentado, y eso Lauren lo había entendido desde que la vió entrar al aula el primer día de clases.


Camila: ¿Y vas mucho a fiestas? – La verdad no había tenido otra idea para comenzar la conversación.

Lauren: Si, todos los fines de semana.

Camila: Tus amigos fueron muy amables conmigo.

Lauren: Es lo normal cuando una chica está en problemas.

Camila: Debes pensar que soy una idiota. – Bajó la cabeza.

Lauren: Yo no he pensado eso.

Camila: Claro que sí, cuando sales con un idiota como Austin, la gente automáticamente te tacha de idiota igual que él. – Miró hacia la ventana.

Lauren: Oye. – Puso su mano encima de la rodilla de Camila. - Camz yo no creo que seas una idiota. Si sales con él, debes tener tus razones.

Camila: ¿No crees que sea idiota? – Miró la mano de Lauren.

Lauren: No, lo único que no entiendo es ¿Por qué una chica tan linda como tú, sale con alguien como Austin? Es decir, no me mal entiendas, pero él sí es un idiota.

Camila: No lo entenderías. – Se movió un poco en su asiento, no le gustaba hablar del tema, eso hizo que Lauren quitara su mano. – Espera... ¿Acabas de decirme linda?



Lauren se sonrojó y fingió poner atención al camino, ni siquiera había pensado en lo que había dicho, simplemente salió. «La idiota aquí soy yo, ahora creerá que soy una acosadora.»


Camila: Te hice una pregunta Lolo. – Estaba con una sonrisa de oreja a oreja e intentaba llamar la atención de Lauren. – ¿Crees que soy linda?

Lauren: Si... - Estaba manejando las palabras en su mente antes de hablar. – Tú sabes, pareces buena persona.

Camila: ¿Sólo buena persona? – Necesitaba alguna señal.

Lauren: Si... Me acompañaste cuando lloraba en la cancha.

Camila: ¡Con que estabas llorando! ¡Lo sabía! – Se alegró de su capacidad de leer las personas, pero la seriedad de Lauren le cayó como balde de agua fría. - ¿Por qué llorabas Lolo?

Lauren: Eso es algo que no te importa. – Tomó el volante con fuerza y aceleró el auto.


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