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 Su problema es esencialmente el mismo que afrontan el quietismo, el arhat y, en otro nivel, el paisajista y el pintor de naturaleza muerta humana. La mezcalina no puede resolver nunca este problema; solo puede plantearlo, de modo apocalíptico, a aquellos que nunca se habían visto ante él. La solución completa y final solo puede se hallada por quienes están dispuestos a aplicar la buena clase de Weltanschauung mediante la buena clase de comportamiento y la buena clase de vigilancia constante y espontanea. Por encima de quietista está el contemplativo-activo, el santo, el hombre que, según la frase de Eckhart,está dispuesta a bajar del séptimo cielo para llevar un vaso de agua a su hermano enfermo. Por encima del arhat, que se retira de las apariencias a un Nirvana totalmente trascendental, está el Bodhisattva, para quien la Identidad y el mundo de las contingencias son una cosa y para cuya compasión sin limites cada una de estas contingencias son una misma, es una ocasión, no solamente de contemplación transfiguradora, sino también de la caridad más practica. Y en el universo del arte, por encima de Vermeer y los otros pintores de naturalezas muertas humanas, por encima delos maestros paisajistas chinos y japoneses, por encima de Constable y Turner, de Sisley, Cézanne, está el arte que todo lo incluye de Rembrandt. Son nombres enormes, eminencias inaccesibles. En cuanto a mi, en esta memorable mañana de mayo, no podía menos que estar agradecido a una experiencia queme había mostrado, más claramente que nunca antes, la naturaleza última del problema y su solución completamente liberadora. 

Permítaseme añadir, antes de dejar este tema, que no hay forma de contemplación, incluida la más quietista, que no posea valores éticos. La mitad por lo menos de toda moral es negativa y consiste en no hacer nada malo. El padrenuestro apenas tiene cincuenta palabras y seis de ellas están dedicadas a pedir a Dios que no nos deje caer en la tentación. El contemplativo unilateral deja sin hacer muchas cosas que debería hacer, pero compensa esto absteniéndose de multitud de cosas que estarían mal hechas. Pascal observó que la suma mal disminuiría mucho si los hombres aprendieran a quedarse sentados en sus habitaciones. El contemplativo cuya percepción ha sido purificada no necesita quedarse en su habitación. Puede dedicarse a sus cosas, tan completamente satisfecho de ver el divino Orden de Cosas y de participar en él que no sentirá en ningún momento la tentación de aceptar lo que Traheme llamó "las sucias Dádivas del mundo".

Cuando nos sentimos los únicos herederos del universo, cuando "por nuestras venas el mar discurre... y nuestras joyas son las estrellas", cuando cuanto percibimos es infinito y santo, ¿que razones podemos tener para la codicia o la ambición, para buscar el poder o formas de placer más funestas? No es probable que los contemplativos se conviertan en fulleros,alcahuetes o borrachos; por regla general, no predican la intolerancia ni hacen la guerra; no juzgan necesario robar, estafar o explotar a los pobres. Y a estas enormes virtudes negativas podemos añadir otra que,. aunque de definición dificil, es positiva e importante.

Cabe que el arhat y el quietista no practiquen la contemplación en su plenitud, pero, si la practican de algún modo, pueden traer informes esclarecedores de otro y trascendente campo del espíritu y, si la practican en la cumbre; se convertirán en conductos por los que puede llegar desde ese campo cierta benéfica influencia a un mundo de ofuscados sí mismos, que se están crónicamente muriendo por falta de ella.

Entretanto, yo había pasado, a pedido del investigador, del retrato de Cézanne a lo que estaba ocurriendo, dentro de mi cabeza, cuando cerraba los ojos. Esta vez el paisaje interior fue, de manera curiosa, muy poco remunerador. El campo visual estaba lleno de estructuras, como de material plástico o de estaño esmaltado, de brillantes colores y en cambio constante.

-Barato -comenté-. Trivial. Como lo de un comercio de baratijas. Y todas estas cosas charras existían en un universo cerrado y apretado.

-Es como si se estuviera bajo los puentes en barco -dije-. En un barco infinito.

Las puertas de la percepción - Aldous HuxleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora