Los 13 Enanitos de Negrofuego

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Bueno, después de un largo, largo, largo período de silencio literario, os presento a unos nuevos monstruos: Los 13 Enanitos de Negrofuego.

No, no están vinculados en absoluto con Los 7 Enanitos de Blancanieves. Lo único en común es su baja estatura. De hecho, son absoluta y totalmente opuestos. Para empezar, el número de enanitos de Blancanieves es el siete, número universal de la buena suerte. Por el contrario, el número de enanitos de Negrofuego son trece, el número más utilizado en rituales satánicos y portador indiscutible de mala fortuna.

En segundo lugar, no son los enanitos de la bonita y dulce Blancanieves, sino los malvados y repelentes enanos del oscuro y lejano país de Negrofuego, que ni es dulce y encantador, ni es siquiera una persona.

Y, por último, no son unos afables y comprensivos seres humanos, sino unos retorcidos y malvados demonios del Averno.

En esta ocasión, queridos lectores, incluiré, además de la historia de una de sus víctimas, una novedad que no se ha dado en ningun otro reportaje. ¡Un estudio en una oficina forense sobre el cadáver recién hallado de un Enanito de Negrofuego! Nos acompaña un amable criminólogo que no ha querido revelar su nombre por motivos profesionales. Empecemos por ahí.

Procuraré omitir todo el vocabulariio complicado para facilitaros la lectura. Bien, para empezar, tiene un tamaño realmente pequeño; ocupa la mitad de una camilla de tamaño estándar. Después... ¿Qué decir? Tiene un cerebro de color negro bastante comprimido, además de extraño, ya que tiene forma piramidal. Mi amigo forense, aquí presente, me ha informado muy amablemente, de que tiene partes en su cerebelo que no se encuentran en el tipo humano.

Por otra parte, sus orejas presentan también una forma semejante a la del cerebro, y tienen unas membranas que paran toda vibración. ¿Significa eso que no se comunican? Claro que no, lo hacen mediante la telepatía, seguro. Para eso son las partes extrañas de su mente. ¿Y por que tienen orejas? Pues porque han tenido que salir de alguna parte, y yo estoy convencidas de que han evolucionado a partir del Homo Sapiens que, como todos sabemos, tiene orejas.

El resto de su cuerpo es igual al de nuestra especie excepto por el hecho de que no hay sangre ni sistema circulatorio de ningun tipo. Eso significa que no tiene corazón, y , por lo tanto, la única manera que hay para saber que está realmente muerto es que no se quejó cuando le abrieron en canal.

¡Oh, Dios mío! Tal como estoy grabando esto (Nota del Editor: La grabación ha sido posteriormente pasada a letras, pero era originalmente una nota de voz), el especímen ha abierto la boca y se ha levantado. De hecho, está matando mi amigo con un bisturí. ¡No, no!

El Enanito despertó en una especie de mesa metálica, con el abdómen abierto. Un hombre se inclinaba sobre él mientras hurgaba en su interior. La chica que estaba a su lado hablaba a una máquina, pero el Enanito no la oía, porque era sordo. Aunque sí que escuchaba sus pensamientos. ¡Pretendía explicar al resto del mundo que existía su especie! ¡No! Eso estaba mal. Eran muy pocos, y no podían arriesgarse a que los humanos los consideraran una amenaza. Cierto era que Negrofuego estaba muy lejos, pero podrían encontrarlo si buscaban lo suficiente; lo mejor sería eliminar las pruebas de su existencia.

El Enanito abrió la boca profiriendo un ultrasonido que ellos, sin duda, no oyeron, pero que les distrajo lo suficiente para que el hombre dejase de cortarle tejidos y la chica se apartase. Le arrancó al señor su bisturí y se lo clavó en la mano, donde los Enanitos tenían su punto débil, pero él no hizo más que poner una cara extraña y retorcerse. Al final, a base de prueba y error, dio con el lugar adecuado para conseguir que se quedase quieto. Ahora quedaba ella. No sería muy dificil.

Mientras agarraba más firmemente el fino y afilado cuchillo, pensaba en lo que haría con los cadáveres. Podría guardarlos en una bolsa y llevárselos a sus hermanos. Pero también podía escoger el cuerpo de uno de ellos para hacerse un disfraz y acabar con la raza humana. ¡Eso sería emocionante! Y Negrofuego podría extenderse por todo el planeta Tierra y prosperar como nunca. Aunque, si solo eran trece, tampoco valía la pena. Lo más divertido sería... ¡Meterse dentro de la chica y matar a todos sus hermanos! Luego se quedaría con el cuerpo de ella y se dedicaría a destrozar su sistema nervioso cuanto pudiera, porque sabía que, al menos una parte suya, aun estaría allá, viendo que perdía el control de su cuerpo cada vez más. Cuando  la cabeza se le hubiese girado más de lo debido o su corazón parado por el estrés, se cambiaría de envoltorio, y así hasta que se abuerriera. Y luego, se convertiría en alguien bueno (o eso creería la gente) que se casaría y tendría muchos hijos para devolver pobladores a Negrofuego. Y entonces, claro, moriría, pero se encargaría de decirles a su descendencia que fueran diablillos, porque eso era lo que eran, y que...

El Enanito se sintió mareado y dolorido, y se miró la mano. Un pequeño mosquito estaba picándole. Por supuesto, no había sangre que absorber, pero sí la vida del Enanito, quien murió en el acto.

Doy gracias al cielo por este querido animalito, porque no estoy hecha para aguantar más posesiones de las debidas, y no quisiera que me encontraran muerta con la cabeza a revés.

Gataca

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