Cuidandote.

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Todos los días solía ser la misma rutina, parecía estarme convirtiendo en un robot, no pensaba, no hablaba, solo me movía en automático, la cosa cambiaba un poco cuando cada tarde iba a visitarla al hospital, los doctores decían que había algo que la tenía demasiado preocupada y no quería despertar ya que no podía enfrentar la realidad; yo iba a visitarla todas las tardes sin excepción, me la pasaba la tarde entera hablandole de lo que sucedía en la escuela, le hablaba sobre mi, sobre sus padres, sobre todo lo que podía encontrar para contarle.

Steve intentaba sacarme del estilo de vida rutinario que llevaba, intentaba que aceptara salir con él de fiesta o por lo menos platicar y distraernos un rato, pero yo seguía yendo al hospital todos los días, sin que nada ni nadie me lo impidiera.

Mi situación era cada vez peor, comence a adelgazar bastante, normalmente me veía bastante pálida, no salia, no estudiaba, con trabajo lograba entregar las tareas, siempre esperé que de algún modo al estar hablando todas las tardes con ella, despertara y nuestra vida volviera a lo de antes.

Un día lluvioso, cambió un poco la situación; por el cansancio de las ultimas dos semanas, me quede dormida mientras sostenía la mano de Alex, quizá fue un sueño, pero logré sentir una mano calida acariciando mi cabeza, abrí un poco los ojos y creí haber visto los de Alex abrirse, sin pensarlo me levante y llamé a la enfermera, pero al llegar nada había cambiado, ella seguía en coma.

Estaba completamente descepcionada, estaba esperanzada en que Alex despertara pronto, pero casi había pasado un mes desde que quedo asi, no podía seguir más de esta forma.

Caminé ya noche de regreso a mi casa, estaba a punto de llegar cuando vi pasar a mi mamá por la siguiente calle, ultimamente llegabamos igual de tarde, quise correr a encontrarla, pero llevaba compañia, un hombre la seguía mientras ella lo ignoraba; me acerque rapido entre la oscuridad para que no me notaran y poder escuchar un poco de su conversación.

-Por favor Ana -llamo a mi madre - solo dejame explicartelo, comprenderas todo en cuanto me escuches - mi madre iba caminando muy rapido y se veía enfadada.

- No tienes que explicarme nada, solo largate, no tienes nada que ver con nosotras, no más - mi mamá apresuro el paso, entró rapidamente a la casa, dejando al hombre aquel con la palabra en la boca.

Me acerque lentamente, estaba oscuro y no podía ver con claridad su rostro.

-Buenas noches- dije por mera cortesia y porque me tapaba la entrada a mi casa.

-Faby, eres tu? - su rostro fue iluminado por la farola de la entrada y vi su rostro.

- ¿Qué hace usted aqui?- dije con rabia.

- Por favor, no me trates igual que tu madre - dijo levantandose y abrazandome.

-Suelteme, no quiero nada de usted - él suspiro y se alejo.

- Solo pido que me escuches hija, tengo mucho por decir, pero no me quieren escuchar, hay muchos motivos por los cuales me fui, solo dejame explicarte - dijo sentandose frente a mi e indicando que me sentara junto a él.

-Estas no son horas, mañana tengo instituto, no me quite más el tiempo y vallase, estamos muy bien sin usted - dije pasando por su lado y entrando a mi casa.

Mi mamá me miro, pero al ver mi cara no preguntó nada.

- ¿Qué es lo que él quiere? -le pregunte a mi madre distraída.

- No lo sé, no quiero saberlo, solo quiero que se marche - dijo muy enojada.

- Yo igual - dije y subí a mi cuarto a dormir un rato.

Desperte a mitad de la noche por culpa de una terrible pesadilla, en el sueño Alex estaba a mi lado, pero de repente desaparecía y yo comenzaba a correr por un lugar oscuro sin final, desperte al ver la cama del hospital en la que se encontraba Alex vacia, fue un sueño horrible.

Por la mañana al salir hacia el colegio, el papá de Alex estaba estacionado frente a mi puerta, él me miró y me indicó que subiera al auto.

-¿Que sucede? - le pregunte al entrar al auto.

- Yo... solo queria pedirte perdon, no fue bueno querer alejar a mi hija de ti, los doctores dicen que ha mejorado bastante ya que te tiene a su lado durante todas las tardes; muchas gracias por eso - el señor me abrazó y lo escuche sollozar un poco.

- No tiene nada que agradecer, lo hago porque la quiero y verla así me duele igual o más que a usted, solo quiero ver sus ojos de nuevo - dije intentando contener mis lágrimas.

En ese instante supe que las cosas comenzarían a mejorar un poco.

<< Hola n.n/ aqui yo luego de algún tiempo n.n pff pero bueno mis publicaciones serán cada vez más regulares ya que esta semana es la ultima de clases normales, por lo que espero poder publicar de nuevo el vierne trayendoles varias sorpresas por ahí.

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Sin ti no puedo vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora