CAPITULO 32 Reunión.

312 26 1
                                    


---Hiroki---

Me duele tanto mi pecho, mis lágrimas no se detienen, tapo mi boca para no emitir algún sonido, no quiero que escuchen mis sollozos.

En cuanto Nowaki se marchó me encerré en un cubículo del baño, sentí muchas náuseas y deje que el asco me invadiera vomitando todo lo que se revolvía.

No puedo moverme, me duele todo...

Aunque lo que más me duele es mi corazón, lo siento destrozado, mis lágrimas no cesan ni un momento.

Siento un fuerte dolor, no logro calmarlo.

-Hiroki.

Mi cabeza me duele, todo me da vuelta...

-¿Dónde estás?

Esa voz...

-Mookyul. –murmure.

Como pude abrí la puerta.

-¡Hiroki! –comento preocupado.

Me sostuvo de la cintura y pasó mi brazo por su cuello.

-¿Cómo te encuentras?
-T-Todo me da vueltas.
-Maldición, no quiero que te pase nada.

Me cargo de una forma ¿rara?

-Por favor aguanta un poco.
-M-Mookyul.
-Tranquilo, pronto te llevare a casa. –toco mi frente.
-Estás hirviendo.

Cerré mis ojos dejando que mi corazón se calmara, puedo escuchar los ruidos de la calle, pero no le prestó atención.

Creo que es lo mejor lo que ocurrió.

Así Nowaki podrá ser feliz con alguien que se lo merezca, yo solo era un sirviente...

Soñé muy alto, sabía que terminaría así.

Pensé que Nowaki me entendería, pero sus palabras son ciertas.

Le mentí y ahora espero un hijo de otra persona.

Aunque me duele tanto mi pecho, es lo mejor para Nowaki.

No le diré nada más, solo dejaré que crea que yo soy el que se entregó a Mookyul, que ahora soy feliz...

Entonces...

¿Debo adaptarme a esta vida?

Sí...

Eso será lo mejor.

Supongo que debo aceptar que ahora estoy casado con otro hombre, que debo de dejar mi resistencia y obtener la vida como la esposa, preocupándose por mi hijo.

Solo...

Espero que Nowaki me perdone y que sea muy feliz.

Es lo que más deseo.

Que sea feliz...

Aunque no sea conmigo.



Lentamente abrí mis ojos y pude sentir mis mejillas muy húmedas, siento un peso extra en mi mano y pude ver a Mookyul dormido mientras sostenía mi mano.

Me estremecí al principio de verlo tan cerca de mí y quería apartarlo pero...

Su semblante era de preocupación.

Tal vez me hubiera enamorado de él en cualquier caso.

Pero es un hombre sin escrúpulos, un mafioso que no le importa nada, que me tomo a la fuerza, tal vez me odia...

Pero...

No sé ha portado mal conmigo.

Digo, desde que se enteró que estoy esperando un hijo suyo él...

Me ha tratado con cariño y afecto, me muestra una parte tan diferente del hombre que todos dicen ser...

No lo entiendo.

Me parte un poco de él y fui al baño a refrescar mi cara.

Afortunadamente las náuseas se me han pasado, me abrí un poco la camisa y mi vientre comienza a notarse más.

-Lo siento tanto, -comente- prometo cuidarte, trataré de no llorar más.

Salí del baño y pude ver a Mookyul reincorporado en el sofá.


  Me miro y sus facciones se suavizaron un poco.

-¿Cómo estás?
-B-Bien. –murmure.
-Qué alivio.
-¿Eh?
-Te quedaste dormido por dos días enteros.
-¿Cómo? –me sorprendí.
-Fue una fiebre muy alta, -comento y se colocó frente a mí- tuviste una amenaza de aborto.

Sentí como si me vaciaran un balde de agua helada y mis lágrimas comenzaron a salir.

Sus brazos rodearon mi cuerpo mientras recargaba mi cabeza en su hombro.

-Todo está bien ahora, -me miro- nuestro hijo está bien.
-¿Sí?
-Sí, -sonrió- el doctor dice que debes descansar y tomar vitaminas.
-LO haré.
-Pero te cuidaré más.
-¿Eh?
-No te dejaré ni un segundo solo. –sonrió.
-E-Eso suena aterrador.
-Lo sé. –rio.
-T-Tengo hambre.
-Iré a prepararte algo.
-¿Cocinas? –me sorprendí.
-Pues lo esencial.
-Gracias.
-Ahora, -me cargo y me coloco en la cama- debes descansar.
-Sí.
-Aún tengo que esperar para hacerte mío de nuevo.
-¡QUÉ!
-Le pregunte al doctor si podíamos tener intimidad pero me dijo que lo mejor sería no hacerlo, para no lastimarte ni poner en peligro a nuestro hijo.
-Idiota.

Me revolvió el cabello y salió de la habitación.

Este hombre me da miedo hasta cierto punto, es muy bipolar.

No sé qué hacer.

Supongo que debo aprender a sobrellevar esto, ya no hay marcha atrás.

No hay nada que me salve.

No hay por lo que luchar.

Simplemente aceptaré mi vida...

Mookyul entró después de unos minutos.

-Adivina que mi vida.
-¿Eh?
-El viernes tenemos una reunión aquí en la casa, así que prepárate, le daremos la noticia a tu padre.



---Yukito---

Después de que hablara con Takeshi me pidió que llevará mis cosas a su mansión, así que en estos tres días que han pasado he pasado mis cosas a su casa, le mentí a mis amigos diciendo que había encontrado un departamento en el cual vivir.

Ellos afortunadamente me creyeron, al igual que Patrick, que me invita siempre a comer pero digamos que Takeshi me tiene un poco vigilado, sin decir que es muy celoso y posesivo.

En cuanto a Akihiko, no lo he visto.

Mis amigos dijeron que me había ido a buscar pero lo corrieron.

Es lo mejor.

-Yukito. –me abrazo.
-T-Takeshi.
-Hueles tan bien. –susurro en mi oído.
-S-Suéltame baka.
-No deberías hablarme así cuando soy tu prometido.
-Ah, -suspire- iré a dar una vuelta.
-Voy contigo.
-Pero.
-Vamos.

Estiro su mano para que yo la tomara.  

  Después de meditarlo la tome y ambos salimos.

-D-Deberías soltarme.
-No, -comento- quiero que todos sepan que eres mío.
-Sino mal recuerdo eres heterosexual.
-Eres mío Yukito, -me miro- y no me importa si me etiquetan de puto o maricón, solo me importas tú.

"Sí eso hubieras hecho antes tal vez estaría postrado a tus pies"

¿Por qué te diste cuenta de lo que sentías demasiado tarde?

Pero eso ya no importa ahora...

Mi corazón le pertenece a otro hombre.

Uno que herí con palabras crueles.

Al único que amo y amare eternamente es Usami Akihiko.

-Yukito.
-¿Eh?

Me tomo del mentón y me beso, quise apartarlo pero no podía hacerlo, era muy fuerte.

-¿Por qué?

  En cuanto escuche su voz me aparte de Takeshi y mire a esa persona que había pronunciado esa pregunta.

-A-Akihiko. –susurre.
-Así que por eso terminaste conmigo.

Takeshi me abrazo de la cintura.

-Yukito. –me miro- Quédate conmigo, dime que todo lo que está pasando es una mentira y...
-Lo siento Akihiko pero, -suspire- no te amo.
-¿Qué?
-Yo me di cuenta que siempre he querido a Takeshi, y es lo que más importa.
-Eso no...

Le mostré mi mano enseñándole mi anillo.

-Me casaré con el hombre que más amo, ¿verdad Takeshi? –sonreí.
-Así es amor. –me beso.

Pude ver como las lágrimas de Akihiko se resbalaban por sus mejillas.

-Vámonos. –comente.

Tome a Takeshi de la mano y le di la espalda a Akihiko.

"Es lo mejor..."



---Externo---

Ya el viernes todos se preparaban.

Por una parte Gilbert no había podido ver a su amado, el trabajo se le había amontonado, teniendo menos tiempo que antes. Pero su amado Roderich lo entendía, porque lo amaba como a nadie, y él quería esperar.


En cuanto a la mansión de Mookyul todo estaba preparado, el castaño estaba sentado en el sofá esperando a sus invitados.

El primero en llegar fue Steven que abrazó a Hiroki como si fuera alguien importante para él, cosa que extraño a Hiroki.

Luego de unos minutos llegaron la pareja conformada por Yukito y Takeshi, siendo casi los últimos, ya que faltaba una persona.

-¿Hiroki?
-¿Yukito?

Los dos hermanos se sorprendieron tanto y se abrazaron fuertemente.

-Me alegra mucho de estar en familia. –sonrió Steven.

Todos se sentaron en el sofá, los hermanos decidieron sentarse juntos, pero ambos sabían que tenían muchas cosas de las cuales hablar.

Los sirvientes del lugar sirvieron copas de vinos para todos.

-Lo siento, -comento Mookyul- mi esposo no debe beber.
-¿Por qué? –pregunto Steven- si debemos brindar.
-Es que, -sonrió Mookyul y camino hacia Hiroki tomando su mano- mi amado está esperando un hijo mío.

Todos en la sala se sorprendieron.

-Felicidades. –comento Steven- Seré abuelo.
-Esa no es la única buena noticia, -comento Takeshi y tomo a Yukito de la mano- nosotros nos casaremos.
-Vaya, -sonrió Steven- me han hecho tan feliz, mis dos hijos con personas decentes y que se los merezcan.

Los chicos trataban de no comentar nada.

-Aunque yo también tengo una sorpresa. –rio Steven.

La puerta principal se abrió y todos miraron hacia ella.

-Nelly, por favor acércate.

Una mujer castaña salió del lugar mirando a todos.

-MAMÁ. –gritaron los castaños.

-Ahora sí, parecemos una familia  

Sentimientos Ocultos - Junjou egoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora