MIS DEMONIOS (AxS)

Te Lo Prometo

Este capítulo fue traído a ustedes gracias a: Dianawitch12
Denle las gracias a ella por su favorito sino este fanfic hubiera terminado.
Sin mas dilación sigamos con la historia.
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// aún seguimos narrando desde la perspectiva de Alucard.. Les aviso para que no se pierdan XD//

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El camino se hacía cada vez más largo y aquel Vampiro se encontraba pensativo, todo lo que vio en el bosque y todas las palabras que le dijo aquella anciana habían causado una cierta displicencia en él y aunque le costará admitirlo ese desdén no pudo disimularlo tan bien y sólo se notaba su preocupación.

Cuando por fin pudo observar los paisajes dejando todo cual recuerdo pasajero, decidió sólo cerrar sus ojos y dejar que aquellos pensamientos que necesitaban una respuesta gobernaran su mente. Parecía dormido pues su respiración era relajada y sus ojos cerrados, mostraba un gesto tranquilo y sereno.

Se podía apreciar una bella chica de cabellos dorados y cortos, llevando una vestimenta color sangre y en ellas se encontraba el escudo usado por la organización Hellsing. Aquella chica se encontraba frente a él como si esta no lo viera en lo absoluto.

-¿Dónde demonios me encuentro? - miró a su alrededor y aquel inhóspito lugar era una oscuridad tan escalofriante que hubieran asustado al mismo Conde - Si aún fuese un humano estaría mu...-no terminó te hablar cuando decidió acercarse más a la chica que estaba parada frente a él como si le estuviera esperando.

-Ella es la única que puede iluminar tu camino y llenar tu corazón del sentimiento del cual careces - la voz de la anciana aparecía como si esta fuera omnipresente y poderosa.

-Después de los sueños que he tenido este ha sido sin duda el más extraño de mis quinientos setenta y tres años - dejó escapar un suspiro profundo y una sonrisa burlona.

El Vampiro comenzó a dar pasos firmes hacía la chica mientras que esta le sonreía con un gesto gentil. Todo comenzaba a cambiar y aquella chica ya no tenía el mismo traje que antes sino que ahora tenía un vestido corto más arriba de la rodilla y con un escote bastante enseñador, agregándole un tipo de corsé que tenía en la parte trasera, era de color negro agregándole unos grilletes atados a sus tobillos, muñecas y una gargantilla del mismo color, la chica estaba descalza y ahora su gesto no era gentil sino que más bien era taciturno, melancólico y asustado, sus bellísimas orbes azules ahora eran completamente rojos como si la pupila hubiera desaparecido. El mismo lugar también había cambiado, ahora era una habitación oscura igual a la mismísima mazmorra del Conde.

-¿Que hacemos en mis aposentos? ¿Y qué le ocurre a la Draculina? - pidió respuestas, observando a la chica que se encontraba sentada en el suelo con la mirada perdida, a lo cual él mostró una sonrisa maliciosa.

-Ella es la única que podrá guiarte hacía la luz - se volvía a escuchar la voz de la anciana a la lejanía - desagraciadamente robaste lo más puro que ella poseía y lo hiciste a tu imagen y semejanza dejando un cuerpo vacío, ahora ella es como una muñeca; seguirá tus ordenes sin cuestionar.

-¿Pero que eso no lo hacía antes? - comentó soberbio y con suficiencia mostrando esa sonrisa arrogante.

-Ella no merecía ser una muñeca más de tu colección, su alma la robaste y la destruiste, su corazón fue destrozado con tan estrepitosas palabras... ¿Dime si no te has llevado lo más puro de ella? - la anciana ahora aparecía frente al Conde guiándolo hasta la chica.

Ambos llegaron hasta la pequeña que estaba tirada en el suelo con aquellos ojos con el iris completamente rojo y vacío, El Vampiro mayor se detuvo un par de metros antes de estar frente a ella, sólo la miró por unos segundos más; tenía que admitir que se veía hermosa sin embargo era extraña la manera en que se sentía al verla en ese estado.