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POV Destiny.



¡Pep, pep, pep!

Maldito reloj y su molesta alarma para despertarme. 

Levanté perezosamente mi brazo con el propósito de apagar de una vez aquel artefacto que seguía sonando. 

¡Pep, pep, pep!

Al sentir el metal frío del reloj con las yemas de mi dedos un escalofrío recorrido todo mi cuerpo. Apagué el objeto que se encontraba en una pequeña mesa al costado de mi cama, allí se podrían encontrar todo tipo de cosas, y cuando digo todo tipo de cosas es que todo tipo. Por ejemplo, maquillaje (que usualmente no uso), celular, auriculares, lampara, lapices, collares, latas de bebidas vacías, libros que no he terminado de leer, un prendedor de el anime/manga Naruto. En fin, había muchas cosas. 

Me removí en mi cama tratando de despertarme un poco más, no quiero que vuelva a suceder como la semana pasada que me desperté aún casi dormida y casi me caigo por las escaleras.  

Estiré mis extremidades y dejé que todo mi cuerpo se relajase mientras de mi boca se me escapaba un pequeño quejido. Aparté la manta que me cubría, porque aunque sea verano sí o sí tendía que estar tapada con algo, si no me sentía cómoda. Y no, no es porque aún con diecisiete años crea en que si no me cubro alguna parte de mi cuerpo, vendrá algún tipo de monstruo a atacarme.

Me levanté como un zombie de The walking dead, o eso diría mi amiga si ahora mismo me estuviese viendo. Me dirigí al baño, una vez allí...Bueno, hice lo que se hace al estar en el baño. 

Luego de lavarme el rostro y peinarme más o menos decentemente, fui al closet y saqué la ropa que me pondría. 

Me puse las prendas rápidamente para poder desayunar temprano y tener tiempo para acomodar lo que me faltaba

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Me puse las prendas rápidamente para poder desayunar temprano y tener tiempo para acomodar lo que me faltaba. Bajé trotando las escaleras, no antes de tomas mis auriculares y el celular, me topé con la figura de mi madre que entraba a la sala con una bandeja con frutas variadas y un vaso de jugo de naranja. 

- ¡Destiny! amor. - saludó mi madre con una gran sonrisa en su rostro mientras me extendía la bandeja para que yo la tome. - Debes alimentarte bien. Hoy es un día muy importante, cariño.

Hoy era el día. El día el cual empezaría a ir al campamento de verano que mi mamá me había convencido de ir. Según ella era una experiencia inolvidable, ya que lo había vivido en su adolescencia. 

- Lo sé, lo sé. Hoy es el gran día. - dije riendo por las caras que mi madre hacia al escucharme. - Eso se ve rico. - tomé la bandeja entre mis manos y me metí una pequeña porción de una manzana en mi boca. 

- Lo terminaré luego, primero debo fijarme que esté todo listo.- agregué mientras caminaba apuradamente hacia la cocina, una vez allí coloqué la bandeja sobre la mesada que daba al comedor. 

Campamento ➳ Cameron MonaghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora