Renacimiento (L Lawliet)

Cap: 2. Renacimiento:

Hace ya algún tiempo que no me acercaba a este sitio, supongo que desde que comencé a adentrar mi mente en la paradoja que resulta al visitar un cementerio a contemplar tu propia tumba.

Si bien mi cuerpo no está realmente en ese lugar (más adelante les explicaré quien está realmente en ese sitio), el resto de mí si lo está.

Al menos se que no está solo ; Watari está a su lado.

Siempre me había dado conocer como alguien que se sentía cómodo en la soledad, sin embargo, en el fondo solo era un idiota más, con los mismos deseos y miedos del resto de las personas y, en estos últimos años, la ausencia de quien alguna vez fue un padre para mí me hace convertirme en un estúpido melancólico en busca de llenar sus vacíos con la existencia y compañía de alguien más.

-Toda una ironía no?

Dijo una voz masculina algo infantil y al voltear observé una figura arqueada, tapada completamente por una larga capucha en la cual se observaba que sobresalía por uno de los bolsillos una parte de lo que parecía un avión de juguete.

-Es un gusto poder al fin conocerte en persona Near.

-El gusto es todo mío L.

Dijo mientras volteaba dejando a la vista una blanca cabellera que hacía juego con su pálida piel.

-O debería llamarte de otra manera considerando que...

-Descuida, es un alivio que alguna persona aún sea capaz de llamarme de esa forma.

Has hecho un gran trabajo en mi ausencia Near, te lo agradezco.

-Recuerda que solo soy tu sucesor asi que es como si una parte de ti hiciera el trabajo.

- Algo sadista... ¿No crees? Tener mi propia línea de sucesión con cada uno de sus miembros bajo un riguroso entrenamiento y control, compitiendo para convertirse en alguien más.

Watari siempre fue muy cuidadoso al respecto y veo que hizo un gran trabajo, la Wammy's House fue su mayor obra.

-Tu fuiste su mayor obra L, sabes que él te veía como un hijo y te ayudó a lograr grandes cosas.

-Lo se...Lamento no haber tenido la oportunidad de conocerte antes...

-Descuida, ya no es tiempo para caprichos infantiles.

Han pasado varios años desde el día de tu muerte y veo que aún conservas las mismas manías de las que quienes te conocieron hablaban.

Saqué la paleta que traía en mi boca.

-Hay cosas duras de matar.

-Ahora que lo mencionas , ¿Qué dirías si te dijera que existe una obsesión, una maligna obsesión que hace años aseguramos que había terminado pero aún sigue ahí?

-Te diría que ya se a lo que te refieres, pero me gusta más que las personas sean directas.

-L, ya no eres el único que tiene sucesores...