Ama Cada Extremo.

18

En todo el día no le respondí mensajes y llamadas, esto provoco que al día siguiente aparezca en mi casa protestando enfrente de la puerta que lo deje pasar diciéndome que quería hablar conmigo.

Lo tuve que dejar entrar ya que el alboroto que estaba armando hacia salir a la chusma. Al entrar me agarro del brazo y me arrastro hacia el sillón, nos sentamos.

- Me podes explicar porque me estas ignorando - me miro serio.

- No tenia ganas de hablar con vos.

Mis palabras no le cayeron bien, miro al suelo y luego posó su mirada otra vez en mi pero en dirección a mis brazos, como apareció de improvisto olvide que llevaba puesto una remera mangas cortas que dejaba al descubierto todos mis cortes.

- No pude evitarlo - me justifique antes de que dijera algo - no sabes lo que es sentirse un asco, lo que es convivir con este cuerpo asqueroso, me odio.

Mi cara estaba empapada en lágrimas, él no dijo nada, solo se me quedo mirando en silencio esto duro unos minutos.

- Hada - aparte las manos de mi cara y lo mire - tu cuerpo es solo una excusa para hacerte daño y no amarte, lo cual esta mal porque en vez de buscar una solución o aceptarte te hundís en un mar de inseguridades y pensamientos dañinos.

- Lo se - respondí llorando.

Agarró un espejo de la mesa y me lo mostró.

- Esa persona que ves reflejada en el espejo es la que siempre te va acompañar en todo momento y es a la que tenes que amar a pesar de todo. Ama cada extremo de ella, desde lo bueno hasta lo malo porque toda esas cosas que la conforman es lo que te hace única.

Mi corazón se ablando y rompí en llanto, Tadeo me abrazo y mientras me acariciaba el pelo me susurro al oído "te quiero".

Cuando estaba dirigiéndose a la puerta para irse se detuvo y volvió hacia mi.

- Me estaba olvidando de mi extorsión.

- ¿ De tu extorsión ? - pregunte.

- Si, para que no le diga a tu mamá de lo sucedido.

- Ah - respondí mientras mi corazón latía con fuerza.

- Para que no le cuente me tenes que dar algo.

Se acerco, puso su mano en mi mejilla y apoyo su labios en los mios, todo lo bueno que conocía hasta ese momento quedo disminuido al lado de tan dulce acción

- Extorsión del día saldada - me guiño el ojo.

Se marcho dejandome con una sonrisa que abarcaba todo mi rostro.