Habia salido de la casa hace unos minutos, no sabia hacia donde me dirigía solo me sentía que estaba bien y que estaba correcto el lugar hacia donde mi dirigía. En unos minutos estaba estacionado afuera de la casa de Caitlin. Me sentía nervioso. Baje del carro y toque el timbre.
Unos segundos después abrió la puerta, estaba sonriendo pero al instante su sonrisa cambio y ahora estaba confundida.
-Hola.- Fue todo lo que dije.
-Brandon, tu, que haces aquí.- Solo dijo eso, pero al instante hablo de nuevo. -Lo siento, pasa.- Dijo tímida.
-Lamento haber venido sin avisar.
-No te preocupes. Como estas .-Pregunto sentándose en uno de los muebles.
-Estoy bien, que tal tu. -Le respondí y ella solo sonrió.
-Igual, estoy bien.- Dijo para después hacer una mueca. -Siento sonar grosera, pero a que se debe que estés aquí. -Dijo para luego bajar la mirada.
-Recuerdas la ultima vez que nos vimos, quedamos en que me aclararía. Y no se si estoy listo, pero de verdad que te extraño. Extraño tus mensajes, tweets, que nos veamos y salgamos de vez en cuando, que me acompañes a algunos eventos o que simplemente me dejes ser yo.
-Se que desperdicie mucho tiempo, se que he hecho un montón de cosas de las cuales no estoy tan feliz, es solo que siento que necesito estar contigo y que me hagas saber que soy real. Igual se que no es justo para ti. Lo que mas me duele es que fui el idiota que lo hecho a perder.
Cada palabra que dije fue como si las hubiera ensayado durante horas, pero la verdad es que solo salían de mi boca, y ahora me sentía un poco mejor, me sentía con un peso menos. Ella no había respondido nada, en su cara había algunas lagrimas.
Me acerque a ella porque quería abrazarla, sentía la necesidad de hacerlo y lo hice, pero antes de que ella pudiera decir cualquier cosa el timbre de la casa sonó.
-Brandon, estoy esperando a alguien, lo siento. -Fue todo lo que dijo, limpio su cara y yo me sentía como un idiota. Camine para abrir la puerta y era un bato que sonreía como estúpido arrogante pero en cuanto me vio cambio su actitud.- Idiota.
-Nos vemos después Caitlin. -Salí de la casa y subí a mi carro.
****
La noche había llegado, ya no había nadie en la academia pues la clase de hoy había terminado, cerré la puerta y me senté frente al espejo. Ha pasado una semana desde que fui a hablar con Caitlin, me sentía como la mierda. Esta era la quinta noche que hacia lo mismo. Me quedaba aquí hasta que nadie quedara y me destrosaban mis pensamientos.
Con el paso de los minutos y horas me iba preguntando que era lo que estaba haciendo con mi vida, que es lo que quiero y si esta bien o mal lo que hago. Me respondía a mi mismo, pero después lo pensaba y era estúpida la respuesta. Es como si estuviera en un pozo profundo y obscuro, así me sentía.
Pensaba que estaba bien, pensaba que las cosas y decisiones que he tomado estaba bien, pero desde hace unos días y a la misma hora me cuestiono si realmente tengo razón o estoy equivocado. Pero termino llorando. Porque no se.
Sentía que necesitaba a alguien, sentía la necesidad de llamar a alguien y hablar, desahogarme, pero soy demasiado cobarde para hacerlo, o simplemente no sabia a quien llamar.
No se en que momento paso, pero me quede dormido en el piso. Se escuchaban unos leves golpes en la puerta. Me desperté y estaba oscuro. Saque mi teléfono que indicaban las cinco de la mañana, Prendí la luz del pasillo y la vi, ahi estaba ella.
-Caitlin, que haces aquí, y a esta hora. -Pregunte al verla ahi.
-Lo mismo debería preguntar. Que haces dormido en el piso de la academia cuando puedes estar en casa. -Dijo y ladeo un poco la cabeza.- Yo tengo que recoger unas cosas que mi mama ocupa, pase por aquí y vi tu carro. -Termino de explicar.- Ahora tu me dirás que haces aquí.
-Se me hizo tarde y no me di cuenta cuando me quede dormido. -Mentí.
-Te conozco y se que esa no es la razón. Se que nos distanciamos y que ambos hicimos cosas por nuestro lado, pero recuerdas que te dije una vez que siempre estaría para ti, que sin importar que pasara podrías hablarme cuando quisieras. -Termino de decir y en mi garganta se formo un nudo.
-Tengo miedo. -Fue todo lo que pude decir. Ella tomo mi mano y la apretó para después regalarme una sonrisa, una que transmitía seguridad.
-Ven, vamos a hablar.
-Tengo la academia, tengo a mis fans, estoy en haciendo lo que me gusta y trabajando en Multimedios, y estoy rodeado de muchas personas pero hace unos días llego aquí y lo que hago es esperar a que todos se marchen y me quedo aquí y me pregunto el porque me siento solo, el porque no puedo sentirme bien y feliz. Me enojo conmigo mismo por no saber que hacer, de hecho ni si quiera se si me estas entendiendo lo que quiero decir porque yo no lo entiendo.
-Brandon eres un chico muy querido, con unas personas apoyándote increíblemente, todos en algún momento nos sentimos solos. Pero no dejes que eso te de para abajo, eres la persona mas fuerte que jamas he conocido. Si necesitas alguien aquí estaré.
-Las cosas son difíciles. -Y las lagrimas caen por mi cara. Caitlin solo se acerca mi y me abraza.
-Recuerdo el tiempo en el que fuiste a Reynosa, en el que te subiste a los tontos juegos de niños y jugamos. El tiempo que nos alejamos recordaba cada minuto de esos días, recordaba como sonreías y el como me hiciste muy feliz sin darte cuenta, se que puede sonarte tonto, pero Brandon. Soy capaz de hacer lo que sea para salvarte. Porque jamas, escucha bien, jamas te dejaría caer, no cuando eres el chico que me hace fuerte.
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El Amor De Fan~ Brandon Meza.
FanfictionBrandon Meza Caitlin Anderson Mundos opuestos Ciudades distintas El Famoso Ella Una Chica Normal Nada en común Solo un amor, Un amor de Fan a Ídolo