Capítulo XIV: No lo digas

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Natalia Collins
Los rayos del sol iluminan mi rostro haciendo que no pueda seguir durmiendo, no tenia otra opción mas que levantarme de mi muy cómoda cama. Esperen ¿como llegué aqui? ¿quién me trajo?.
Intento levantarme de mi cama pero inmediatamente la cabeza me empieza a dar vueltas, si podia caminar pero con dificultad, estaba asumiendo las consecuencias de la tomada de ayer.
Decido entrar a la ducha contra la voluntad de mis neuronas ya que estaban algo alborotadas.
Cuando entro al baño veo mi rostro, quedé impactada frente al espejo viendo las grandes ojeras que se habian formado bajo mis ojos y además tenía el maquillaje todo corrido, ahora si necesitaba esa ducha con urgencia.

Después de aproximadamente treinta minutos salgo de la ducha, intenté verme de nuevo en el espejo pero este estaba empañado por el vapor del agua caliente que habia usado al bañarme.
Me visto con una ropa simple, una chompa color crema con unos jeans azules y unas balerinas negras.
Aún no sé como regresé a casa asi que planeo llamar a Korina, ella debe de saber algo.
Tras una larga búsqueda por toda mi habitación, no encontré mi celular¿¡Donde diablos está!? ...ahora que lo recuerdo, antes de irme a la fiesta habia dejado mi celular en el sofá de la sala.
Voy rápidamente hacia la sala y al no encontrarlo sobre el sofá, decido preguntarle a mi madre si lo había cogido, aunque me daba un poco de temor, quizá esté enojada por haberme ido anoche sin su permiso pero necesitaba hablarle a Paola con urgencia.

- ¿Ma'? De repente no has visto o cogido mi celular, lo he buscado por todas partes y no lo encuentro - le digo abriendo cuidadosamente la puerta de su habitación.
- ¿Te refieres a este? - me mira con los ojos llenos de molestia y con mi celular en mano.
- Si...¿podrias devolvérmelo? - le pregunto esperando una respuesta afirmativa.
- Tenlo...la próxima vez que se te dé la gran idea de escaparte no lo volveras a ver. - me dice entregándome el celular pero aún mirándome con enojo.
- Gracias...trataré de no hacerlo - digo eso y me voy a mi habitación rápidamente.

Últimamente mi madre se ha vuelto muy comprensiva y ya no ea tan drástica como antes.

Cuando ya estoy en ella, lo enciendo y encuentro cinco llamadas perdidas de Korina, quince mensajes de Mark y doce llamadas perdidas de mi madre.
De seguro mi madre ha estado tan desesperada ayer que encontro mi celular aquí. No le tomo mucha importancia y busco el número de Paola y la llamo.

- Dime - me responde tras una inquietante y molesta espera.
- ¿Ya estas en casa? ¿Podrias venir a la mía?
- ¿Pasa algo? - me pregunta con voz de preocupación.
- Solo quiero saber algunas cosas que sucedieron ayer. - le digo mas calmada.
- Ok...estaré ahi en unos minutos.
- Gracias, te espero.

Corto la llamada, tiendo la cama y regreso al baño para ver si el espejo estaba disponible.
Las ojeras ya habían disminuido lo suficiente pero no lo necesario.
Voy a la cocina y busco en el primer estante sobrecitos de manzanilla.
Cuando los encuentro solo saco cuatro filtrantes y los pongo en la nevera para que se enfrien pero que no se lleguen a congelar.
Espero unos minutos en la cocina hasta que tocan el timbre de la casa.

- Ya estoy aquí - me dice Korina cuando abro la puerta.
- Gracias por venir, quiero preguntarte algunas cosas - le digo llevándola del brazo hasta mi habitación.
- No recuerdas mucho lo que pasó ayer ¿verdad? - me dice cuando nos sentamos en mi cama.
- Mas o menos, solo recuerdo que tú y yo estábamos conversando y luego se acercaron Miguel y su primo Nico, bailamos un buen rato después de tomar unos tragos y ... - le voy contando hasta que me detengo al recordar de que Ross también estuvo allí, tuvimos una conversación luego quize alejarme de él, los sentimientos me estaban matando por dentro, pero el despertó esa pasión y el amor que sentía hacia él cuando me besó, eso fue algo inesperado y fabuloso a la vez, no puedo negar que me encantó lo disfruté tanto como si fuera la primera vez.

¿Mi Amor Secreto? R Lynch - R5 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora