Era día normal como todos. Estaba hablando con Sebastián sobre un viaje que teníamos planeado hace muchos días antes. Huiríamos de la ciudad al campo, solo él y yo; llego él día, ese día que pasaríamos en paz y armonía alrededor de la naturaleza, estaba lloviendo la noche anterior, una tormenta eléctrica había pasado esa noche, estaba aterrorizada, pasaban muchas cosas por mi cabeza. Buenos me encontré con Sebastián y nos fuimos muy temprano, había trafico, logramos salir de esa.
En cuanto íbamos cerca de nuestro destino, en él camino había vueltas peligrosas, habían arboles caídos por la tormenta anterior, la carretera estaba lisa, él auto iba a una velocidad no permitida en esa carretera, Sebastián y yo estábamos muy preocupados de lo que pasaría, él cielo se tornaba gris, un gris triste, y la brisa había desaparecido ya no era esa cálida y fresca brisa de la mañana.
–Sebastián, deberíamos parar aquí y esperar a que se calme él clima. – Le dije yo muy asustada.
– Seguro, no tengas miedo yo te protegeré. – Me dijo, con una voz que no se escuchaba miedo alguno.
–Tengo miedo. – Le dije.
Él detuvo él auto a un lado de la carretera, se acerco a mi y me beso, me sentí mas calmada con su beso, cálido.
–Estaremos bien, estaré a tu lado, te amo. – Me dijo en cuanto me dio él beso.
La tormenta había comenzado de nuevo, esperamos a que e calmara, me quede dormida y él también.
Cuando desperté están en una habitación completamente blanca, estaba vacía, mire hacia a los lados buscando a Sebastián, no estaba allí.
–¡Sebastián! –Grite –¡Donde estas!.
Nadie me respondió, me di cuenta que nadie se encontraba allí.
Pero luego escuche unas pisadas, pero no veía a nadie, esa habitación vacía, no había duda que solo yo me encontraba allí.
Luego me senté, baje mi cabeza y comencé a llorar. Pensaba en Sebastián que le habría pasado, que nos había pasado, pensaba en que no debía haberme quedado dormida.
Misteriosamente sentí la respiración de alguien, sentí que estaba alguien a mi lado, levante la cabeza y no había a nadie.
–¿Hola? – dije con una vos aterrorizada – Alguien me podría explicar por que estoy aquí, por favor.
– Si, no te preocupes. – me dijo.
Quien era no sabia, no había nadie a mi lado.
– Estas en otra vida, otro mundo. – me dijo, con una vos angelical.
– ¿Donde estoy?, ¿donde esta Sebastián? – pregunte – puede darme respuestas por favor.
De pronto se torno nublado y ya no se podía ver la habitación blanca, mas bien estaba gris, pero observe una sombre que venía hacia mi, de pronto era un chico, tenia él cabello castaño, los ojos color marrón claro, era alto y delgado, llego y me tomo de mi mano derecha.
– Soy Josh, yo te protegeré. –dijo, con calma.
Sus manos estabas heladas, yo tenia miedo, no sabia quien era él.
– No tengas miedo, no te haré daño, soy quien cuida de ti siempre, e estado a tu lado toda la vida, te conozco y estoy muy feliz que por fin pueda hablar contigo Jade.
–Oh, como sabes que tengo miedo, como me conoces, yo nunca lo había visto. Lo siento, creo que se ha equivocado, por cierto como sabe mi nombre.
– Como ya dije, te conozco y puedo sentir lo que tu sientes.
Empecé a llorar, quería saber de Sebastián.
– Me puedes decir, ¿donde esta Sebastián?.
–Tranquila, él esta bien, él esta al otro lado de este lugar, esta muy lejos, si quieres volverlo a ver tendremos que irnos ya.
–¡Pero como llegue aquí!. Si tan solo me quede dormida durante la tormenta.
– Sabes, no era una tormenta común como las demás, se estaba abriendo un portal hacia este mundo. Las cosas aquí no están bien, él señor malvado quiere apoderarse de todo. Y quiere vencer a la reina.
–Lo siento, no logro comprender la razón que estoy acá.
– Cuando Sebastián, paro él auto ustedes dos quedaron en un lugar donde estaba cerca de él portal, y los logro traer hacia acá, y fueron separados por él senos malvado, él detesta él amor.
Y allí fue donde empezó todo...
