"¿Un Amor Detinado A No Ser?"

"Destinado"

Ví a esa muchacha en mi pasado, en mis sueños, su piel blanca de porcelana, bañando su cuerpo en un río de sangre, detrás de ella la luna en su perfección demostraba la larga noche.

Su cuerpo desnudo era cubierto por leves gotas y lineas que estas dejaban de un color carmesí. Sus ojos negros profundos, sus labios rojos pasión y su rostro blanco me llamaban y como un imán iba a su encuentro, sin apartar mi mirada de sus ojos me adentraba en aquel río rojo, mi cuerpo se reflejaba como una luz en aquellas aguas de color sangre mientras avanzaba hacia ella.

Como si fuéramos hechos el uno para el otro, como un rompecabezas juntamos nuestros labios en un beso profundo y sin vida, aquel beso que demostró su ultimo respiro, cerrando sus ojos negros con el contacto de sus labios. La muchacha de cabellos negros lentamente moría en mis brazos. La hija de la luna y el hijo del sol no podían estar juntos, el calor de uno o la soledad del otro los mataría tarde o temprano.

De noche no podía salir a jugar el sol, de día no podía leer la luna.
Así fue como el río rojo se creo, bajo las manos del amor, un amor destinado a no ser...

La leyenda del río rojo.

-¿Amor?- Escuche desde las escaleras, deje mi libro en mi mesita de noche y me acomodé un poco en la cama.

-Hey, hola- Sonreí al verlo atravesar la puerta de nuestra habitación, el me devolvió la sonrisa y se sentó en la esquina de la cama y sin apuro se sacaba su uniforme negro.

-Pense que estarías durmiendo -Se situó junto a mi dándome un beso en el cachete y mirándome con sus ojos azules.

-Queria esperarte.

-Recuerda que ahora debes dormir por dos- Me regaño el alumno de mi padre, Boruto se acomodó de manera que su cabeza quedó en la altura de mi vientre hinchado - Hola allí adentro- Susurró.

-Tu hijo se porto de maravilla Uzumaki-Le informe.

-Asi que no le as traído molestias a la hokague pequeño demonio...

"Algunos dicen que no podemos cambiar nuestra suerte, que el destino no nos pertenece. Pero yo sé que no es cierto. Nuestro destino vive dentro de nosotros...
Somos maestros de nuestros destino y capitanes de nuestra alma."

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