Prólogo

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Querida Nora:

Jamás leerás esto. Pero igualmente, creo que escribirlo merece la pena.

fuiste la única persona que me aguantaba en mis peores días, cuando me arrodillaba como un niño pequeño, temiéndole a la oscuridad. Tu siempre me decías "No le temas a la oscuridad, recuerda que es donde salen las estrellas", pero tu no lo entendías, nunca lo entendiste.

Sólo quiero decirte que lamento haber convertido el aprecio que sentías por mi en repugnancia, la adoración en desprecio, el amor en odio. Estés donde estés, quiero que sepas que te quiero. A mi manera, pero lo hago.

Estuve a punto de firmar la carta, pero no me serviría de nada. La deje en la mesa, inspire y me levante, saliendo a la oscuridad de la noche.

Dispuesto a ser, una vez más, el cazador.

The Black MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora