Leyna Ripoll, 24 años, acaba de terminar su carrera como Médica Fisioterapeuta. Es carismática con una belleza natural, algo sarcástica, fría y hasta algo arrogante pero agradable cuando la llegas a conocer realmente. Le agrada el fútbol, pero no le...
Viernes, por fin era viernes, aunque sólo tenía libre el sábado, ya que el martes se juega un partido en contra del Atlético de Madrid, el domingo y lunes iban a ser ocupados.
Estaba de buen humor, tanto así que me desperté más temprano de lo normal para poder desayunar en casa. Prepare un waffle, un poco quemado, con frutas y un café instantáneo, no era mucho pero pude comer.
Me puse más elegante de lo normal ya que tendríamos una reunión de personal de preparación física lo cual incluía médicos, paramedicos, nutrucionistas y demás personal de la salud que trabajaba en el plantel.
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Tome un bolso que hacía juego con mi conjunto y un abrigo largo gris para después salir de mi casa. Camine hasta la estación de autobuses hasta que vi que un auto negro lujoso se estacionó a mi frente.
— Súbete, al parecer vamos al mismo lugar. —Me miró por encima de sus lentes de sol un siempre egocéntrico Cristiano.—
— No gracias, estoy esperando el autobús, por eso estoy en esta parada. —Sonrei a media y devolví la mirada a la calle para divisar si se acercaba el transporte.—
— La última vez que te propuse llevarte a casa dijiste que algún día, que ese día sea hoy. —Sonrió egocéntricamente mientras desde adentro del auto abría la puerta de Copiloto.—
— Bien, acepto porque creo que no va a llegar mi autobús pronto, pero solo por hoy Ronaldo. —Señale con mi dedo en tono de advertencia para después hacerme en el asiento de copiloto.—
— Que guapa te ves hoy, te lucen más las faldas. —Dijo en un tono coqueto mientras ponía el auto en marcha.—
— ¿Has estado mirándome seguido o que? —Rodé mis ojos e hice una expresión de fastidio.—
— Puede ser, además deberías sentirte afortunada de que un Astro como yo me fije en ti. —
— En realidad no se si sentirme afortunada, o si tengo que ponerte una denuncia por acoso. Pero soy una mujer piadosa, además de que me estas llevando al trabajo, así que solo me sentiré desafortunada. —Di unos pequeños aplausos y reí.—
— Que divertida, debería tirarte de mi auto, pero como soy un caballero piadoso te dejaré en la cuidad deportiva. —Se mofo con tono divertido y río.—
— Cuando no tienes un tono egocéntrico puedes llegar a ser realmente agradable. —Ladee una pequeña sonrisa y lo mire por el espejo retrovisor.—
–— Por ti me puedo convertir en lo que quieras, Bombón. —Me guiño un ojo en señal de juego a lo que yo rodé mis ojos.—
— Imposible, definitivamente eres un hombre imposible. —
— Puede ser, pero por ahora lo único que se, es que hemos llegado a nuestro destino. —
