Me levanté a las seis de la mañana, como hacía todos los días. Me bañé, sequé mi cabello, y busqué en mi armario la ropa adecuada para este nuevo día de trabajo. Elegí finalmente una pollera tubo color negra que me llegaba un poco más arriba de las rodillas, una blusa color carmesí mangas tres cuartos al cuerpo, y un par de zapatos color negro taco aguja. Até mi cabello en una cola alta, y como éste se encontraba un tanto alborotado, coloqué un poco de spray fijador. Tomé mi saco, las llaves, el móvil y me dirigí a la cocina.
Al llegar a la cocina, me encontré con mi desayuno listo sobre la mesa, un café con dos medias lunas me esperaban. Tomé asiento y comencé a alimentar a mi cuerpo.
-Buenos días amor- dijo mi amado novio al entrar
-Buenos días cielo- respondí tirándole un beso
-¿Hoy vas a trabajar tan temprano?-
-Si, porque la editorial esta atrasada con algunos pedidos, y bueno me exigen ir temprano- comenté mientras terminaba el café
-Bueno, entonces supongo que hoy no te espero para almorzar-
-No cielo, comé tranquilo que yo llego tarde- acoté mientras lavaba la taza y me despedía de él
-Muy bien, suerte en tu día Jaz-
-Gracias amor, igualmente-
Salí de casa me subí a mi auto y partí rumbo a la empresa...
Hace cuatro años que vivo junto a Simón, desde que somos novios él a insistido en cuidarme las veinticuatro horas, por lo que mis padres nos regalaron una hermosa casa en el centro de New York. Una vez que terminé mi educación secundaria, logré entrar en una empresa para trabajar de editora, que fue lo que siempre soñé; gracias a Simón pude conseguir trabajo en seguida, ya que es amigo del dueño y trabajan juntos. Mi vida es totalmente perfecta, soy la mujer más feliz del mundo. Realmente no me hace falta nada, mi buen novio no permite que tanto el amor o lo material me sea escaso, a veces me siento como las niñas pequeñas que son consentidas, pero debo admitir que eso me gusta.
Ahora mismo, estoy aparcando en el estacionamiento de la empresa, me bajo del auto y entro
-Buenos días señorita Filadelfo- dijo Miriam la recepcionista
-Buenos días Miriam- respondí educadamente
Tomé el acensor para dirigirme a mi oficina, y en él, me topé con Luciana y Teresa mis compañeras de trabajo y mejores amigas.
-Buenos días chicas- saludé a cada una con un beso
-Buenos días Jaz- saludaron al unísono
-¿Mucho trabajo hoy?- consultó Teresa observando todas las carpetas que llevaba conmigo
-Estoy repleta de pedidos, el gerente se atrasó y ahora me toca todo esto a mí- respondí frustrada
-Tranquila amiga, como sos vos de organizada lo tenés listo en dos segundos- animó Luci
-Si tiene razón, además tenés que desocuparte temprano... esta noche... ¡salimos!- acotó Tere
-¿Salimos?- dije atónita
Desde que vivo con Simón, dejé de salir los fines de semanas porque él considera que puede ser tentador para mí, por lo tanto va a ser imposible que me permita ir hoy a un boliche con mis amigas...
-Jaz, ¿pasa algo?- consultó Tere mientras bajábamos del ascensor en el piso doce
-No creo que pueda salir hoy-
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¿Por qué te cruzaste en mi vida?
Romance¿Por qué todas las historias comienzan con un había una vez; y terminan con un vivieron felices por siempre?. No todas las historias, comienzan siendo felices, y terminan tristes o viceversa, cada historia es diferente desde el hecho, de que cada un...