Ya había pasado una semana luego de lo sucedido entre Connie y Steven. Steven, no queriendo importunar a Connie, no había vuelto a buscarla a su casa. Por su parte, Connie aún no se acostumbraba a su vuelta a la rutina anterior, aquella antes de conocerlo. Había decidido que si él volvía a su casa o intentaba hablarle, sería amable pero firme. Le había pedido un tiempo, pero ¿y si no era tiempo lo que le faltaba en ese momento, sino él? ¿Volvería a su vida de chica normal y disciplinada, como si la magia en su vida nunca hubiera existido? Pensar así la asustaba, ya que no era una persona que desconfiara de todo, pero, aun así, el aura de magia y misterio de Steven y las Cristal Gems la confundía.
Steven no había terminado de entender que sucedía. Perder a Connie era algo que ni en sus peores miedos hubiera imaginado. Quizá fue tratarla sólo como una amiga, quizá ella esperaba algo más de él. Al igual que a todos, él no podía darle a todos lo que esperaban de él. No podía ser alguien estable para Connie, no podía ser Rose para su padre Greg, no podía ser el motor de la vida de Perla. Por milésima vez, se preguntó que hubiera hecho su madre en su lugar. Tal vez hubiera sido mejor persona, tal vez hubiera hecho el bien.
Odiaba estar solo. Lo obligaba a pensar en lo que quería enterrar en su mente, lo que quisiera olvidar. Cerraba los ojos y allí estaba Bismuth, con su mirada inexpresiva antes de perder su forma física; veía también a Eyeball perdiéndose en el espacio por su culpa y a Connie desilusionada de él. ¿En serio había hecho tanto daño a los demás? Era entendible con Bismuth y Eyeball, pues harían daño a los demás, pero ¿y Connie? ¿Qué había hecho ella?
A esa misma hora, sin saberlo, ambos se hacían la misma pregunta: ¿Cuánto más durará esto?
Hola, vengo cumpliendo con mi promesa de actualizar los domingos en este fanfic y contemplando la posibilidad de actualizar los martes también. Quizá lo haga uno que otro martes, cuando pueda :)
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No es seguro para tí-Steven Universe
RomanceEl cariño entre Steven y Connie crece, al mismo tiempo que el planeta madre amenaza con colonizar la Tierra