– ¡Charlotte!
Era la voz de Wendy la que escuchaba. Apenas llegaba al colegio se quitaba la corbata aunque eso significara regaños por parte de nuestros profesores durante todo el día.
–Hola. – Le sonreí.
– ¿Puedo ir a tu casa hoy? Es que mis padres saldrán y no quiero estar en casa sola.
– Claro, me parece bien. ¿Qué tal si hacemos una pijamada?
– Buena idea. De camino a tu casa podemos comprar un montón de comida y duces.
– No pueden faltar los dulces.
Ambas reímos.
Era jueves, otro típico día de clases. Ya habían pasado dos días desde que había ido a la pizzería y había "hablado" (si es que a eso puede llamársele hablar) con el chico. Yo en verdad me estaba esforzando por no pensar en el tema, creí que era lo más conveniente.
Ese día en específico mi mente estuvo muy centrada en la clase, según nos comentaba el director de grupo de nuestra clase, dentro de unos meses había un examen para ganarse una beca en una muy buena universidad de la ciudad y yo de verdad quería esa beca, quería demostrarme a mí misma que podía lograr cualquier cosas que me proponía, así que estuve muy pendiente a todas las demás clases para tener en cuenta cualquier cosa que me fuese ayudar a ganar la beca.
Al finalizar las clases, Wendy y yo estuvimos de camino a mi casa mientras ella me hablaba de no sé qué cosas sobre la banda de la escuela y de un viaje que realizarían.
Wendy es una chica de cabello negro y corto hasta los hombros, usa lentes tipo hípster, siempre lleva unos audífonos rosa en su cuello y su celular en las manos. Hace parte de la banda de la escuela y atrae muchísimo la atención de los chicos, no miento cuando digo que cuando voy junto a ella más de 20 chicos se acercan a saludarla, lo divertido es que ella solo es amable con ellos pero nunca les da oportunidad de nada. Lo que más me agrada de ella es su personalidad extrovertida y relajada, parece siempre tener solución a todo y por ende no se le ve preocupada por nada, siempre llega sonriente a todos lados y creo que eso además de su belleza atrae a los chicos. Mi amiga es lo que se le llamaría una chica "popular", afortunadamente mi escuela no es esa típica escuela donde las populares rechazan a los "nerd" ni nada por el estilo y una prueba de esto es que ella es amiga mía y no es como que yo precisamente sea una nerd... Pero estoy muy cerca de serlo.
Llegamos a una tienda y compramos algunas cosas, seguimos caminando y ella se detuvo de golpe repentinamente mientras señalaba con su dedo índice.
– ¡Mira! ¡Compremos una pizza!
– ¿Una pizza? – Revisé mi dinero y luego la mire. – Bien, compremos una.
Y allí estaba yo, caminando a la pizzería sin percatarme de lo que podría suceder. Entré al lugar y me quedé en shock al ver al chico.
"Cierto... Él trabaja aquí..."
Pensé mientras trataba de recuperar la cordura. Él lugar estaba bastante vacío hoy y Wendy sin pensarlo se acercó a él, en parte para coquetearle y en parte porque necesitábamos hacer el pedido y luego como si un balde de agua fría cayera sobre mí, él se me acercaba luego de indicarle a Wendy donde hacerlo los pedidos.
– Al parecer le hablaste a tu amiga bien de mí, porque saltó a coquetearme.
Me quedé muda. Era demasiado para procesar en cuestión de segundos.
Primero: ¿El hablándome a mí?
No, no es que yo no había acabo de entender cuando me percaté de que lo que él había dicho me enojaba.
– Fíjate que ni me acordaba de que existías, ni mucho menos de que trabajabas aquí.
Eso era casi completamente cierto, había caminado hasta ese lugar sin pensar, o más bien sin recordar que él trabajaba en aquel lugar.
–Bueno, me alegra, así la próxima que vengas a comprar no andas exigiendo que yo te atienda hasta el final. – Dicho esto se dispuso a continuar con su labor, pero algo en mi me molestaba terriblemente. Siempre he sido pacífica y en esos precisos instantes quería golpearlo.
– ¡No es como que yo quiera venir aquí!
Él hizo caso omiso a mis palabras como si no hablara conmigo. Wendy se acercó a mi informándome que ya había pedido la pizza pero yo solo supe entregarle mi bolso y dirigirme al chico es estaba limpiando una mesa. Wendy sin entender que sucedía recibió mi bolso mientras me observaba caminar decididamente hasta el chico.
– Eres el idiota más grande que he conocido. Me pregunto qué pensaría tu jefe si sabe cómo tratas a los clientes.
– Ah. ¿Es que encima de insultarme quieres hacerme perder mi trabajo?
Fruncí el entrecejo. Él estaba en enfrente mío y me observaba de tal forma que me pareció una mirada burlona. Acto seguido, le planté una bofetada en la mejilla la cual se escuchó como un golpe seco en su rostro. Por un momento sentí cómo ardía mi mano y me pregunté si su mejilla se sentía igual. Pero lo cierto es que en aquel momento no me dio tiempo de pensar más, me apresuré a caminar hacia la salida del lugar cuando una mano me jaló por la muñeca deteniéndome.
¿Quién era?, ¿Wendy? No, no, su mano no era tan grande... Ni tan cálida.
Evité voltear, sabía que era él y no quería verlo de frente. ¿Pero por qué me detenía?, ¿Quería darme el golpe de vuelta?
Mi mente estaba a punto de colapsar porque no entendía qué sucedía hasta que sentí unos suaves labios posarse sobre los míos. A lo lejos pude escuchar a Wendy gritar algo. Yo no tenía ni la más mínima idea de lo que dijo, solo podía escuchar con claridad el rápido latir de mi corazón el cual se aceleraba cada vez más. No podía creerlo, él chico guapo y de mirada anhelante estaba besándome. Sí, él besándome y yo estaba rígida como una estatúa porque no alcanzaba a comprender lo que en cuestión de segundos había sucedido.
Cuando él se apartó dejó relucir sus lindos dientes en una gran sonrisa que para el colmo, se notaba que era una sonrisa malvada y llena de burla.
– Imagino que ese fue tu primer beso. Si fue así toma esto una venganza por haberme abofeteado. Y si no lo era... Sigue siendo una venganza. Te besaste con el chico que tanto odias y acabas de abofetear.
Él se marchó al interior del lugar, directo a la cocina y yo estaba perpleja.
¿Primer beso?, ¿Venganza?, ¿Odio? Habían tantas palabras en mi cabeza.
Quería irme a casa, sentarme en la ventana de mi habitación y pensar con tranquilidad al respecto mientras bebía un frappuccino de fresa de Starbucks. Pero ese no era mi destino ahora. Wendy estaba ahí, con esa mirada que solía darme cuando quería que le explicara algo... Pero, ¿Explicar qué? ¡Ni yo misma entendía lo que realmente sucedía!
– ¡Eh, Charlotte, te estoy hablando!
¿Ella me había hablado? Joder, estaba tan atontada y perdida que ni la había escuchado.
– Tengo que ir a casa.
– Tienes que caerte de un puente. – resopló ella sin apartar aquella mirada de mí.
– Es en serio, quiero ir a casa.
– Yo también hablo en serio.
– ¿Quieres que me caiga de un puente?
– No, tonta. Obvio quiero que me expliques.
– Paga la pizza y te explico en casa.
De camino a casa no cruzamos palabra, al parecer ella entendió que ni yo misma sabía explicar lo que sucedió y necesitaba organizar mis ideas.
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Mientras llueve.
Любовные романыEsta es la historia de una chica pelirroja que conoce a un chico arrogante que llama por completo su atención. A lo largo de la historia ambos empiezan amar y a odiar una parte del otro lo cual los lleva a tener una especie de relación de amor/odio...