Utopias, y más historias de amor inexistentes.

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Si es que estoy un segundo sin ti y ya te echo de menos.
Eres tan bonita, la clase de persona que hay que mirar hasta desgastarla.
Porque es como si tu piel obsorviese mis ojos, como si mi única opción fuera quedarme observar los huracanes que provocan tus pestañas.
Eres la clase de persona que no encaja ninguna parte, porque tu belleza, saliéndose de todos los tópicos, no tiene un lugar lo suficiente bueno.
Y voy a ser egoísta, y pedirte que te quedes conmigo.
Y voy a darte el mundo que no tengo, para que aceptes.
Voy a regalarte, parte a parte, cada uno de los continentes.
Voy a posar en tu mirada, gota a gota, todo el agua del mar hasta dejarlo seco.
Voy a regalarte China por Navidad y la luna por tu cumpleaños.
Y este verano voy a llevarte a Marte, y durante el viaje, prometo quitarte a besos el pintalabios.
Quiero tener el privilegio de tocarte, de por fin  darme cuenta de que eres real.
Que ese cabello, en el cual cada rizo es más bonito que el anterior, existe.
Quiero poder decirte en caricias que te quiero.
Y que nuestra relación sobre las palabras.
Quiero darle utilidad a mis ojos, y que por una vez en vez de lágrimas intercambien miradas.
Y sé que sólo hablo de lo que yo quiero, pero soñar es gratis. Y me sale más rentable llenarme la cabeza de utopías, que preguntarte y no obtener respuesta.
Y ten en cuenta, que cuando hablo de soñar, es siempre estando despierta.
Y es que cada segundo que le hago dormida, es todo del tiempo que no podré estar contigo.

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