Salí de la habitación con el cabello mojado, mire a la mesa y vi a un sujeto que estaba sentado con el jefe, Fatima les estaba sirviendo en un vaso algún tipo de bebida embriagante a cada uno de ellos.
-Dani mi vida, que bueno que vienes por acá -dijo el jefe con una sonrisa en el rostro- siéntate querida te quiero presentar a una persona que te quiere conocer, él es Ernesto un amigo mío. Iban a venir otros amigos pero no se pudieron presentar por algunos inconvenientes y solo pudo venir el.
-Mucho gusto señorita -dijo el señor mientras se ponía de pie para darme la mano-.
Lo Ignoré completamente dejando su mano estirada y borro la tonta sonrisa de su rostro.
-Que te pasa estupida que esperas para darle la mano!!? -Dijo el jefe con una mirada muy molesta-.
-Déjala no pasa nada Fausto.
Me senté sin mirarlo siquiera a la cara y sin decir ni una palabra.
-Gustas tomar algo muñeca !? -pregunto Ernesto mirándome coquetamente -.
-Amm, no gracias no fumo ni bebo.
-Bueno entonces vámonos a divertir hermosa - se paró de la mesa y me tomo de la mano- ¿Puedo? -dijo mirando al jefe con una gran sonrisa, como si se hubiera ganado un premio -.
-Claro, claro !!!
Pásenla bien. Y tú tranquila niña si no quieres que te castigue -dijo apuntándome con su dedo muy amenazante -.Llegamos a la habitación (creo que era del jefe) abrió la puerta invitándome de la cintura a entrar primero, entro a la habitación y encendió la luz, cerró la puerta con llave detrás de él.
Camino hacia mí, me puso sobre la cama, se quitó la chamarra de cuero y abajo de ella tenía una camisa negra de vestir de manga larga y una corbata azul con morado.
Se inclinó un poco más hacia mí y me empezó a bezar.
-Por favor no !! - dije mientras me negaba a que me siguiera besando-.
-Tranquila, que te trataré como una reina.
-Señor déjeme por favor me está lastimando y yo no quiero hacer esto. -temblaba de miedo y mis lágrimas empezaban a salir-.
Pareció que no me escuchó por qué no me soltó, trate de quitármelo de encima pero no pude, mis manos se hacían puño y al parecer sentía que perdía fuerza. Grite y nadie hizo nada para quitarme a este sujeto de encima nisiquiera Fatima.
Me besaba el cuello, los labios, la cara completa y yo sentía asco, me quito la camisa y el pantalón dejándome en ropa interior, comenzó a besarme el cuerpo completo y a quitarme completamente todo.
Cuando me desprendió de toda mi ropa comenzó a moverse encima mío y yo no aguantaba el dolor ni el asco, gritaba desesperada pidiendo ayuda hasta quedarme afónica, pero al parecer nadie me oía, trate de quitármelo de encima una vez más y no podía por qué su peso era más que el mío además de que se aferraba a mi. Sentía mucho dolor, me dolía demasiado lo que él me estaba haciendo ...
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Mi Nombre Es Daniela
RandomEs la historia de una chica muy linda que tiene una vida muy complicada